¿Cómo conservar tu identidad cuando estás obligado a dejar la tierra que te la ha dado? Es una de las preguntas que la escritora Julia Navarro detona con “De ninguna parte”, su más reciente novela con la editorial Plaza y Janés, en la que la también periodista explora el choque cultural entre Oriente y Occidente, de cuando la migración llega de golpe y hay que abandonar hasta el idioma materno.Aunque en esta edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) Julia Navarro no participará de forma presencial, la escritora comparte a EL INFORMADOR su entusiasmo por presentar virtualmente esta trama a los lectores mexicanos, pues aunque los protagonistas y entornos de esta nueva ficción histórica parecieran conflictos y situaciones ajenas a lo que se vive en América Latina, los procesos y desafíos emocionales que impregna en los personajes de “De ninguna parte” son íntimamente cercanos a las historias de supervivencia que a diario se ven en las fronteras mexicanas y en cualquier hogar del mundo donde la migración es una decisión de vida o muerte.“Es una novela de acción, pero para la reflexión. Escribo porque me interesa ahondar en la condición humana, intento entender por qué las cosas suceden, pienso que todo se debe a algo, que todo tiene un origen y una explicación. ‘De ninguna parte’ trata de esa distancia que se ha producido en las últimas décadas entre Oriente y Occidente, del azote del terrorismo yihadista que hemos sufrido fundamentalmente en Europa, también de un fenómeno que está en todo el mundo: la migración”.La escritora madrileña, autora de “La Hermandad de la Sábana Santa” y “Dime quién soy”, entrelaza a sus personajes partiendo de la mira del adolescente “Abir”, quien tiene que dejar su natal Líbano para refugiarse en Francia con la esperanza de encontrar una mejor vida; sin embargo, adaptarse a una cultura e idioma diferentes y forma de libertad nunca antes experimentada, no será tan sencillo ante el dilema personal de dar continuidad a sus propias tradiciones y estilo de vida familiar.“Las personas tienen que dejar sus casas, familias, costumbres y sus vidas, marcharse en busca de una vida mejor. Lo que me planteo es si tratamos a esas personas con la dignidad que merecen, si los ayudamos a que se integren entre nosotros, qué podemos hacer como colectivos y países, sino individualmente. El fenómeno de la migración lo conocen bien, porque también hay muchos mexicanos que llegan a la frontera de Estados Unidos, se encuentran el muro, no les dejan pasar”.Historias universalesReflexionando sobre cómo la historia de la humanidad se ha forjado desde diversas perspectivas y necesidades migrantes, Julia Navarro puntualiza que si bien los países o sociedades pueden levantar infinidad de muros para evitar la movilización “nunca van a apagar las migraciones, porque cuando alguien tiene esa necesidad de llegar a otra parte, va a llegar. Me parece vergonzosa la manera en la que los países tratan a los migrantes, todas las personas merecen que se les trate con toda la dignidad”.Apelando por la empatía y lo necesario de ponerse en la piel del otro para comprender el entorno, Julia Navarro enfatiza que la adaptación al llegar a nuevo lugar no solo se enfoca en lo cultural, pues hasta lo ético y las formas de aceptar las normas de comportamiento y convivencia también influyen: “La integración no es fácil, porque no lo ponemos fácil a esas personas que llegan a un país en busca de una vida mejor, me preocupa mucho ese fenómeno. Cuento cómo un chico que ha nacido en un campo de refugiados de Líbano llega a Francia, tiene que vivir la dualidad de dos mundos diferentes, el mundo de su familia tradicionalista y con una escala de comportamiento muy rígido y el mundo al que él se incorpora, que es diferente, europeo y con libertades, en el que las personas gestionan su propia vida y decisiones, gestionar eso cuando eres joven es muy complicado”.AGÉNDALOPresentación virtual de la novela “De ninguna parte”, de Julia Navarro con Valentina Trava, hoy 4 de diciembre, a las 17:00 horas, vía redes sociales de FIL.MQ