Apartir de mañana 18 de marzo quedará formalmente abierta la exposición “Atemporal”, con obra pictórica y gráfica de José Fors, en la Sala Silenciosa de Casa Orozco, un espacio significativo para el artista, afirma en entrevista con EL INFORMADOR: “Para mí José Clemente Orozco es el más grande, soy fan; de hecho, cuando fui a visitar el lugar supe que estaba pisando suelo sagrado. No sólo me gustó la sala, es un honor exponer en este sitio”.“Atemporal” se conforma de 11 óleos, 10 piezas de gráfica y se presentará una carpeta de Giclée; la selección de obra -de ahí el título- no corresponde en esta ocasión a “obra reciente” sino, aclara Fors, “aquí lo que quise fue juntar obra de los últimos cuatro o cinco años, una serie de cuadros que se vieran bien juntos y, además, me estoy dando el gusto de exponer cuadros que por lo general no son del gusto común, pero me gustan mucho, pero también busqué otras piezas que le vinieran bien al conjunto y que no se viera solamente obra oscura”.Unidad relajanteEn su mayoría, se trata de obras en formato medio, de 110x140 cm, “poco más grande o poco más chico”, comenta el pintor, “y se trata de piezas un poco ‘oscuras’, quizá eso sea lo que da algo de unidad al conjunto; pero no hablo de algo ‘fuerte’ porque resulta subjetivo, es como una película de terror, que a algunos les provocan pesadillas y para mí son relajantes. A mí me gusta la combinación de obras, se siente como un diálogo, aunque no se pensara específicamente como una muestra, fue así: yo escogí piezas de los últimos años que comulgan bien juntas”.Este diálogo entre las obras funciona en torno a imagen y color, detalla Fors, “temáticamente tienen que ver una con otra y, creo, comparten colores, los fondos oscuros, elementos que les brindan unidad”.Fors, que es enorme dibujante, anota que “aunque se vea mucho detalle en mi obra, es suelta; puedo hacer un cuadro en un par de días. Lo que intento, dentro del realismo, es no ‘sobarlo’, que es lo más horrible. Por eso hay pocos realistas que me gusten, muchos me parecen acartonados, proyectan y calcan, eso hace muy frío su trabajo”.Para el cubano-mexicano, el boceto se realiza “en la computadora”, donde se combinan “los elementos antiguos con las cabezas de animal. Ese sería mi ‘lado moderno’, mi uso de la tecnología”; ahora bien, no es lo único, “la música juega un papel fundamental también, es parte del estado de ánimo, hay momentos raros en los que no escucho música pero, en general, suena aquí rock pesado a buen volumen. Aunque de repente hace falta Bach o un poco de jazz”.En palabras del artista, “mientras más energía haya en el proceso, más se necesita pila de parte de la música, es un alimento, cuando estoy en mis mejores momentos estoy escuchando -por ejemplo- a Judas Priest, y a todo volumen”.PASEOVisita y disfrutaAquellas obras de años atrás “me hacen sentir más seguro”, afirma Fors, “cuando termino un cuadro pienso que está bien, pero en realidad no lo sabré hasta dentro de seis meses o un año después, a veces la llevo a casa para verla y ahí es cuando sé si la pieza pasó la prueba del tiempo. Y es una manera de aprender, también, notar los errores, lo que hace que deje de captar mi atención. Mientras la obra esté en el taller, puede seguir pidiéndome cosas”.A pesar de haber pasado por el expresionismo y lo abstracto, el artista indica que “siempre regreso al dibujo; de las ‘escapadas’ aprendo siempre, y me sirve de mucho porque algo traigo de vuelta al dibujo, en lo que tiene que ver con la técnica, con el idioma plástico”.Con una trayectoria de 40 años en la plástica (recién cumplidos), José Fors admite que “ya me están dando ganas de exponer en algún museo o casa de cultura; quiero ver dónde ahora que cumplí 4 décadas de carrera hacer una exposición grande, donde se puedan escoger las mejores piezas (pedir prestadas algunas) para que la gente lo vea, escuchar ideas acerca de mi trabajo”.MQ