Desde su natal Hermosillo, Sonora, José Corral ha llevado su danza a diversas partes del mundo y aunque la Ciudad de México ha sido su principal residencia para impulsar proyectos nacionales y migrar hacia los escenarios internacionales, actualmente este bailarín se encuentra en Guadalajara impulsando una puesta en escena que tendrá a Periplo -hoy “El 790”, ubicado en Prisciliano Sánchez núm. 790- como punto de encuentro.Este proyecto -en gestión de fechas definitivas y título por confirmar- nace del taller intensivo de danza contemporánea que ofrece en el centro The Move, y en entrevista adelanta parte del concepto que tendrá este espectáculo pensado para el mes de junio. “Estamos creando una obra un poco abstracta, pero se relaciona a la idea de la muerte de las estrellas, la supernova, de cómo puede tener una analogía humana, es la idea de llevar la vida y el tiempo, de cómo lo manejamos a diario, al extremo, a la explotación, de cómo puede llevar al colapso, pero a pesar de esto también es el renacer”.José Corral señala que este espectáculo llevará toda su experiencia en danza contemporánea y también tomando la formación que cada alumno de alto rendimiento tiene, por lo que podrán verse toques de clásico hasta lo urbano: “estoy haciendo una fusión entre lo que ellos ya manejan y mi propio estilo, es una mezcla de varias vertientes de danza contemporánea que suceden en México y Bruselas, que es donde yo me formé”. José Corral -de 31 años de edad- explica que ante el cierre y pérdida de espacios culturales y los retos económicos que las propuestas independientes enfrentan, parte de su misión es impulsar proyectos desde la enseñanza y la práctica que ayuden a generar nuevos espacios y seguir expandiendo el legado que generaciones atrás han marcado en la historia de la danza mexicana.“Espero poder aportar a esos espacios, poder abrir posibilidades a nuevas generaciones. Parte de mi proyecto consiste en generar encuentros, intercambios entre distintas ciudades y países, acercarme a los funcionarios e instituciones para expresarles esta perspectiva, de que hay algo muy valioso y hay que cuidarlo, porque tal vez esto no se mide en números y cantidades de dinero, pero sí se mide en bienestar”. Concretar un espectáculo y cautivar al público es tan solo una de prioridades con las que José Corral ha caminado en la danza, pues explica que parte de su formación y ambición profesional es realmente conseguir espacios y trayectorias más integrales para los bailarines, en donde exista apoyo, difusión y calidad de vida.José recuerda que su interés por la danza viene desde la infancia y con 19 años de edad comenzó a profesionalizarse sin imaginar que ahora su carrera cuenta con una gran experiencia en proyectos y producciones impulsadas por el Australian Dance Theater, Centro de las Artes San Agustín, Academia de la Danza Mexicana (INBAL), por ejemplo, y tener presentaciones en Estados Unidos, Bélgica y Costa Rica, entre otros. “Siempre me gustó mucho bailar y tomaba clases de otras disciplinas corporales como gimnasia, artes marciales y natación, pero siempre supe que me gustaba mucho bailar y poco a poco me fui involucrando en producciones amateurs, musicales, pero un día un recibí una invitación por parte del maestro Isaac Chau para entrenar con la Compañía Antares, de Hermosillo, me pareció interesante la idea de trabajar desde la libertad del cuerpo, de las posibilidades expresivas”.José Corral puntualiza que ver a México como un gran país de talentos y potencial para grandes producción es parte de lo que lo motiva a generar proyectos y principalmente para que cada artista realmente logre impactar en el público con cada movimiento. “Yo visualizo a México con mucha esperanza siempre, creo mucho en el camino del artista, de impactar en la vida de otras personas que no necesariamente se dediquen al arte, que esto puede ayudarnos como una estrategia para poder subsistir, porque somos un gremio que depende mucho del valor que el gobierno le da a la cultura y al arte”.AMD