La Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara rinde un homenaje a José Agustín, autor fundamental de la literatura mexicana, quien falleció en enero de este año. El homenaje titulado "José Agustín: de La Tumba al infinito", reunió a su viuda, Margarita Bermúdez, y a su hijo, Andrés Ramírez Bermúdez, para recordar la vida, obra y legado del escritor.La FIL ya había iniciado tributos al autor en abril, con motivo del Día Mundial del Libro, cuando se realizó un maratón de lectura de Ciudades desiertas, una de sus obras más emblemáticas. “Es importante que siga vigente. Creo que es un autor que puede fascinar, sobre todo a los jóvenes, porque sus historias te atrapan y no te sueltan”, comentó Margarita Bermúdez, en entrevista con EL INFORMADOR quien conoció a Agustín en la preparatoria y compartió con él una vida marcada por la pasión literaria.Margarita recordó que José Agustín comenzó a escribir La tumba, su debut literario, cuando apenas tenía 16 años. “Ya traía ese don de estar queriendo escribir. Era inventivo, con mucho sentido del humor, creativo todo el tiempo. A los 19 años publicó De perfil y desde entonces no dejó de sorprendernos con su disciplina y capacidad narrativa”.El proceso creativo del autor se caracterizaba por largas jornadas nocturnas. Andrés Ramírez compartió: “Se retiraba a su estudio después de cenar y se quedaba trabajando hasta la madrugada. Nosotros oíamos a lo lejos el sonido de la máquina de escribir. Mi madre siempre fue su primera lectora y, conforme crecimos, nos compartía más de sus proyectos”.Un periodo crucial en la vida de José Agustín fue su encarcelamiento en los años 70, experiencia que marcó profundamente su obra. Margarita relató: “Quedó impactado, pero supo adaptarse. Ahí escribió Se está haciendo tarde. Durante esos meses comenzó a practicar yoga, lo cual creo que lo ayudó mucho”. También recordó cómo dedicaba tiempo a llevarle comida vegetariana, mientras él aprovechaba cada momento para reflexionar y escribir.Para Margarita, José Agustín fue “un reflejo de todo lo que estaba sucediendo”. Su literatura, enmarcada en la ruptura cultural y social de su generación, conectaba con temas como la música, el rock y las experiencias alucinógenas. “Nuestra generación fue rebelde, cuestionadora, y él plasmó eso en sus libros. La tumba sigue siendo relevante porque habla de temas universales, como las dinámicas familiares y los conflictos juveniles”.Andrés añadió que su padre, aunque inició su carrera literaria muy joven, supo manejar la fama y consolidar un estilo único: “Con De perfil se afianzó como un narrador hábil y profundo, capaz de combinar historias significativas con un lenguaje que atrapa”.Margarita confesó que está releyendo La tumba tras seis décadas y destacó: “La prosa está muy bien pulida, trabajada de la mano de su maestro, Juan José Arreola. José siempre tuvo mucho humor, incluso en los momentos más serios”.Sobre cómo reaccionaría el autor ante este homenaje, Andrés concluyó: “Le gustaba sentirse reconocido, aunque desestimaría un poco estas ceremonias. Seguro haría un par de bromas. Estaría muy contento de ver que su obra sigue viva y conectando con nuevas generaciones”.* * * Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de Whatsapp * * *OB