El bailarín mexicano Isaac Hernández asegura que se encuentra en un momento “muy especial” de su carrera: llegó a los mejores escenarios del mundo, hizo su debut en cine y ahora regresa a Guadalajara -su ciudad natal-, para empujar un puñado de planes e impulsar la danza en su país.Obtener el Premio Benois de la Danse, el más prestigiado en el mundo del ballet clásico, en 2018, fue un punto y aparte para que el joven de 28 años hiciera un alto en el vendaval que se ha convertido su carrera artística en los últimos 15 años, confiesa. “Estoy en un momento muy especial, a los 25 años cumplí mis metas, las que me había sentado a imaginar cuando era un niño y después vino el Benois que era algo que yo ni siquiera me atrevía a soñar”.Dijo que esas vivencias le hicieron dar cuenta que estaba “en una situación privilegiada” porque había acumulado en los primeros años de su vida y su carrera “cosas extraordinarias”.Hernández fue el primer mexicano en recibir este reconocimiento que le devolvió la “tranquilidad” que no sentía desde que salió de su casa para audicionar en la Escuela Nacional del Ballet de Cuba y luego en la Escuela Nacional de Danza de la Ópera de París. Sabía que había cumplido sus metas.“Me tranquilicé, sentí una libertad extraordinaria de no tener esa inquietud por querer más, sino simplemente enfocarme en desarrollar los próximos 20 años de mi vida”, asegura el bailarín, que ha trabajado en compañías como la París Ópera Ballet, la Ópera de Roma y la del Teatro Mariinsky en San Petersburgo (Rusia).Algunos de los proyectos que tiene Hernández en nuestro país en los próximos cinco años son darle un mayor impulso al programa “Despertares Impulsa” en el que ofrece conferencias con los mejores del mundo del ballet, además de becas y audiciones para el English National Ballet, al que llegó en 2015 como la figura principal.También buscará regresar a Guadalajara la gala de danza “Despertares” en la que reúne a los mejores bailarines, coreógrafos y directores de las escuelas y compañías de ballet más reconocidas del mundo como el de la Ópera de París y el American Ballet Theatre y, por si fuera poco, planea construir un conservatorio de ballet.“Es uno de los proyectos que estoy tratando de consolidar, un conservatorio muy especializado en México, en Guadalajara, para la formación de bailarines profesionales que vaya de la mano de una educación complementaria”. El objetivo es que los bailarines locales sigan creciendo como personas y como artistas y espera concretar ese sueño en los próximos cinco años.Otro de sus sueños es que la danza sea valorada e igual de popular que cualquier disciplina artística, algo difícil de lograr en un país en que esta actividad no había figurado en el gusto del público hasta hace poco. “Quisiera que el país pudiera ver a la danza de una manera diferente como una posibilidad de entretenimiento, como una herramienta de movilidad social. Me parece importante que no se mantenga en un círculo especializado sino que el arte del ballet nos pertenece a todos”.Hernández habla desde su camerino, en una pausa durante el rodaje de la película “El rey de todo el mundo” que tiene lugar en Jalisco y que marca su debut en el cine, de la mano del director español Carlos Saura y del reconocido director de fotografía Vittorio Storaro.Dijo que en el cine experimenta el día a día y sabe que es diferente porque repiten escenas 10 o 15 veces para cambiar los diferentes ángulos y hacer diferentes tomas.“Es muy interesante ver cómo Vittorio maneja y trabaja la luz. Siento que estoy en una obra de teatro al mismos tiempo que en una película”, afirma con una sonrisa.Además del aprendizaje que ha sido plantarse frente a una cámara, el rodaje le permitió regresar a su natal Guadalajara por una temporada larga, después de 12 años de ausencia intermitente y con la intención de fortalecer algunos planes enfocados a popularizar la danza.“La idea de compartir el conocimiento es una gran motivación y es un cierto cosquilleo de querer compartir lo que descubriste después de 20 años”, asegura.La filmación lo pilló a pocos días de su presentación en la apertura del Teatro Colón de Buenos Aires, el próximo 1 de abril, para lo cual su entrenador personal lo ayudará a ensayar el papel que hará en el “Quijote”.