Para celebrar cincuenta años de carrera en las artes plásticas, el pintor y escultor Carlos Terrés inaugura hoy por la noche la exposición “Instantes vitales” en el Instituto Cultural Cabañas.Olga Ramírez Campuzano, directora del ICC, recordó durante la presentación que Carlos es autor de la escultura del obispo Cabañas, que da la bienvenida a los visitantes en el primer patio del inmueble. Rubén Méndez, director de Museografía y Curaduría del ICC, señaló que por su relevancia y trayectoria esta muestra de cerca de 70 piezas es un breve vistazo a la amplia obra de Terrés.El artista apuntó que la propuesta de exponer en el recinto surgió cuando Myriam Vachez (titular de la Secretaría de Cultura de Jalisco) visitó Lagos de Moreno, lugar donde nació (1950) y donde radica. Durante su plática con la secretaria de Cultura surgió el tema del aniversario número 50 de su primera exposición, sucedida en 1968 y en donde tuvo como padrinos a Jorge Navarro y Alfonso de Lara Gallardo. La propuesta de Vachez fue llevar una retrospectiva de su obra al museo más importante del gobierno de Jalisco, el Instituto Cultural Cabañas.Esta será la primera ocasión en que Terrés exponga de manera individual en el lugar: las obras que eligió junto con Rubén Méndez representan su etapa universitaria, enriquecida con exposiciones nacionales e internacionales conforme avanzó en su carrera. En las salas del ICC también se observa un lienzo temprano, hecho durante su infancia, cuando descubrió su vocación.Para Carlos, la pieza más importante es una escultura reciente: “El cuaco”. Con cinco metros de altura, el caballo se sitúa en uno de los patios laterales del instituto, y representa la fiesta charra, tan popular en Lagos de Moreno. El material con el que está fabricada la escultura es la “terroca”, material sintético que trabaja desde hace decenios. Sus características son parecidas a la roca (de allí el neologismo entre “Terrés” y “roca”): Carlos trabaja el material sintético de manera similar al mármol recuperado, pero con un proceso propio.Temáticamente, además del icono de la mexicanidad, Terrés también ha abrevado de la cultura universal, por lo que en su obra es fácil identificar la mitología grecolatina, la religión o la cultura popular.Con medio siglo en las artes, Carlos está convencido de que el aprendizaje no cesa, y por tanto el trabajo tampoco. Como entregas próximas, comentó, tiene dos esculturas en bronce que se irán a Israel, una más a Italia y dos proyectos de escultura monumental (uno para Nuevo Laredo y otra para Puerto Vallarta), además de un complejo escultórico en Estados Unidos.Respecto a su carrera en general, Carlos señaló que en la escultura se ha especializado en la representación de personajes históricos, como el obispo Cabañas. Para el artista, trabajar a fundadores o referentes culturales ha sido una actividad que compara con la actuación: estudia un personaje, lo vive y lo interpreta. La ciudad que más esculturas suyas ostenta públicamente, afirmó, es Tequila, con cerca de 60 piezas. Una de ellas es un jimador, cuyo modelo se puede ver en Instantes vitales. En cuanto al título, Terrés dijo que lo escogió porque “Cada obra de arte es un instante, un relato o una reflexión, es un testimonio, una pregunta, una idea o una anécdota, un encuentro con la historia. Estas son miradas que contemplan los entresijos del alma”.
