"Bibliotecaria, Felices Pascuas X". Con este escueto mensaje en un sobre marrón, una mano anónima depositó el pasado 9 de marzo en la biblioteca de la universidad inglesa de Cambridge un regalo inesperado: dos cuadernos del naturalista Charles Darwin (1809-1882) desaparecidos hace más de dos décadas.La bibliotecaria, Jessica Gardner, dice que sintió "una profunda sensación de alivio" y una "gran emoción" al descubrir en buen estado estas joyas de la historia de la ciencia, quince meses después de haber hecho un llamamiento mundial para recuperarlas tras ser perdidas de vista por primera vez en el año 2001.La policía investiga quién está detrás del presunto robo y la devolución de las pequeñas libretas -una de las cuales contiene un boceto del famoso "árbol de la vida" darwiniano de 1837-, que fueron dejadas en una bolsa de color rosa chillón en una sala sin cámaras de seguridad.Los cuadernos se retiraron inicialmente de su ubicación habitual en las instalaciones blindadas que albergan las colecciones especiales en septiembre de 2000 para ser fotografiados, ha explicado Cambridge en un comunicado.La sesión fotográfica se completó en noviembre de ese año y presuntamente las libretas, que tienen el tamaño de un libro de bolsillo, deberían haber vuelto a su lugar, pero una revisión rutinaria en enero de 2021 detectó que no estaban allí.Los responsables asumieron que habían sido guardadas en otro sitio, pero numerosas búsquedas en años posteriores no lograron dar con ellas, se señala en la nota.A principios de 2020, Gardner organizó la mayor pesquisa en la historia de la biblioteca, con personal especializado asignado para registrar zonas específicas de los archivos.Los expertos tomaron huellas dactilares y examinaron todo el Archivo Darwin, con 189 cajas de objetos y documentos. Al no hallar los cuadernos, concluyeron que probablemente habían sido robados.En octubre de 2020, la bibliotecaria denunció el robo a la Policía del condado y en coordinación con este cuerpo y con la Interpol lanzó un llamamiento internacional para que, si alguien tenía información, la compartiera.Gardner cree que esta petición pública, que se propagó a través de periódicos y redes sociales, fue clave para que esa mano desconocida devolviera los cuadernos, en cuyas páginas Darwin esboza su teoría de la evolución.Dentro del sobre marrón, en la bolsa rosa, estaban las libretas, en su caja de almacenaje, envueltas en film transparente.Según la universidad, no presentan "señales evidentes de una manipulación significativa o de daños sufridos" en estos más de veinte años desde su desaparición.La Policía de Cambridge ha mostrado su satisfacción "porque estos cuadernos de valor incalculable estén donde pertenecen" y señala que mantiene abierta su investigación.Contenta y aliviada, Gardner ha dicho que el "único objetivo" de su llamamiento público era que "los manuscritos se devolvieran de forma segura" a su custodia, lo que finalmente se ha conseguido."Los cuadernos recuperarán ahora el lugar que les corresponde dentro del Archivo Darwin en Cambridge, en el corazón del patrimonio cultural y científico de la nación, junto con documentos de Isaac Newton o el profesor Stephen Hawking", afirma en el comunicado.El vicecanciller de la universidad, Stephen Toope, expresó también su alegría por el inesperado regalo de Pascua y recordó que "objetos como estos son cruciales para nuestra comprensión no solo de la historia de la ciencia, sino también de la historia de la humanidad".Para celebrar este final feliz, la biblioteca de la Universidad de Cambridge exhibirá las libretas a partir del 9 de julio como parte de la exposición gratuita "En Conversación con Darwin"."Pueden ser pequeños, del tamaño de tarjetas postales, pero el impacto de estos cuadernos en la historia de la ciencia y su importancia para nuestras colecciones no se puede subestimar", opina Gardner.OA