A pesar de ser un autor reconocido principalmente por su obra infantil, Francisco Hinojosa no es extraño a temáticas adultas, como lo deja patente en “Profesores, Tiranos y Otros Pinches Chamacos”, libro editado por Almadía que recopila más de 50 narraciones donde hombres aplastados por la cotidianidad conviven con líderes enloquecidos en ambientes donde la sordidez y el humor se alimentan mutuamente.“Hay una línea totalmente clara y definida entre mi literatura infantil y la adulta. La violencia y la muerte están más presentes aquí, pero también hay cosas que comparten: el humor y el juego. Ese es el escudo que tengo contra la violencia, contra la muerte”, cuenta el autor.Como ya lo advierte el título, la rabia contra la autoridad es el hilo constante que corre por debajo del humor de “Pinches Chamacos”, cuyas historias son las de líderes (una hiena que es rey de la selva, un dios demasiado ocioso para el bien de la humanidad), que someten a aquellos bajo su poder a las consecuencias de sus caprichos. Hinojosa explica que esta desconfianza del poder es una vena que le es natural desde la juventud y que se ha visto exacerbada con el panorama político actual. Toma a Donald Trump, Nicolás Maduro y a Vicente Fox como ejemplos, a quienes describe como “caricaturas de sí mismos”.Hinojosa explica que en muchas ocasiones estos cuentos surgen simplemente personajes con los que no sabe qué hacer, así que los pone en una situación complicada para ver cómo se resuelve el experimento. Afirma que para él, el personaje está vivo y la situación es real, por lo que eventualmente se llega a una resolución. Pero no es un proceso rápido; algunos textos en “Pinches Chamacos” tardaron hasta siete años en terminar de gestarse en la cabeza de su autor.“El cuento de ‘Pinches Chamacos’ (que da título al libro) es uno que surgió de una entrevista que tuve con un presidente de una ONG dedicada a prevenir a las jóvenes de una pandilla que no se taturaran, porque si lo hacían corrían riesgo de ser identificadas por la pandilla contraria. Él mismo me habló acerca de los rituales de iniciación de un niño para entrar a una pandilla. Les dan una pistola y les dicen ‘escoge una víctima y mátala’. Eso me dejó una imagen muy vívida y me dejó muy consternado. El cuento, aunque no trata exactamente de eso, surgió de esa manera”.A pesar de habitar estos mundos imaginarios donde una situación aparentemente normal puede llegar al extremos absurdos, a Hinojosa no deja de sorprenderle la situación en que se encuentra el mundo real, al que considera que cada vez es más inverosímil.