Ubicado en el Centro Histórico de Guadalajara, a unas cuadras del Teatro Degollado, el Salón del Músico es uno de los últimos refugios para los amantes del baile. Cada domingo, desde las 17:00 horas, decenas de entusiastas, la mayoría de la tercera edad, se reúnen para dar lustro al recinto con los mejores pasos de baile. Ahí, los meseros se mueven al ritmo de la clientela, que hacen pausa a su cadencia para refrescarse y comer algo de botana. Hay parejas pero también solitarios; hombres y mujeres que buscan romper la rutina y mostrar sus mejores pasos: aquí, a pesar de que la modernidad invadió las formas de diversión, cualquiera es bienvenido. Sólo se trata de dejarse llevar por las notas musicales.