La falta de respeto hacia los animales y su hábitat propició la COVID-19 y otras epidemias en el mundo, afirmó este lunes la etóloga inglesa Jane Goodall durante su participación en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara."Fue nuestra falta de respeto lo que ha llevado a la pandemia y a otras epidemias porque cazamos a los animales, los acercamos a las personas, porque vamos invadiendo su medio ambiente, los comerciamos en todo el mundo y hemos creado condiciones que facilitan que sus virus pasen a las personas", dijo en una conferencia.Como parte del programa FIL Ciencia, la etóloga (persona que estudia el comportamiento de los animales en sus medios naturales, en situación de libertad o en condiciones de laboratorio) conversó vía remota con jóvenes, quienes la cuestionaron acerca del cuidado de la naturaleza y la misión de los científicos en un mundo en el que el calentamiento global es una realidad.La científica, reconocida por su trabajo con chimpancés en Tanzania y mensajera de la paz de la Organización de las Naciones Unidas, aseguró que la falta de conocimiento de la naturaleza y el abuso de los humanos hacia los animales ha dado como resultado también la pérdida de diversidad y el cambio climático.Añadió que parte de esta destrucción se debe a que las personas están en una búsqueda desesperada por producir más alimento o explotar el carbón para obtener mayores recursos.Urgió a buscar un alivio a la pobreza y también otras maneras de producir para que haya menos invasión de los hábitats naturales para convertirlos en zonas agrícolas.Ante el auditorio Juan Rulfo lleno, Goodall defendió la idea de que todos los animales tienen inteligencia y su propia personalidad y por lo tanto pueden sentir sufrimiento, una teoría que a algunos científicos les costó tiempo aceptar."Lo que hemos aprendido de la inteligencia animal es verdaderamente admirable y no solamente es cuestión de los chimpancés o de los simios con cerebros grandes, o de las ballenas, sino que ahora sabemos que incluso algunas aves son muy inteligentes al igual que los cuervos", aseguró.Llamó a los jóvenes a no perder la esperanza por las noticias pesimistas que ven todos los días respecto a la destrucción del planeta, pues es importante generar proyectos de cambio y unirse a otras personas que están trabajando por salvar a los animales.La científica recordó que su amor por los animales viene desde su niñez y gracias al apoyo de su madre, quien la llevaba a lugares en el campo para que conviviera con animales domésticos de granja y comenzara a hacerse preguntas.Aceptó que cuando era niña no pensó en ser científica sino en vivir con los animales y escribir acerca de ellos, una idea que causó gracia entre la mayoría de la personas que la escuchaban en parte porque las niñas de la época no pensaban en dedicarse a este tipo de profesiones."La única que no se reía de ello era mi madre, por eso les digo a los jóvenes que si de verdad quieren hacer algo como lo que yo hago tienen que esforzarse mucho, aprovechar cada oportunidad y, si no se dan por vencidos, quizás podrán encontrar el camino", concluyóAF