En el marco del desarrollo de la FIL 2023 arribó el autor español más prolífico de nuestra época con más de 600 obras publicadas; Jordi Sierra es una de las plumas de la escritura juvenil más fresca.En las palabras del mismo Jordi comenta que su trabajo “nunca para”, como una antena parabólica está captando historias, abriendo el periódico y empapándose de la vida de otros. Este apunta que es una parte fundamental ya de su proceso creativo el acercarse y entender a los demás como individuos.Todas las ideas inconexas y que parecen objetos dispersos las va echando a su lienzo mental y armando un rompecabezas en donde trata de poner todas las piezas en su lugar. Tras haber completado su idea en su cabeza las compone en un guión, en donde capítulo por capítulo va entretejiendo la historia: como imágenes en un gran telar. Las mismas las va escribiendo en su cabeza mientras está recostado en la playa o en camino a cualquier lugar define que este es su trabajo y es lo que le gusta hacer. Siendo estos momentos de introspección y de pensamiento propio los que resalta como fundamentales para poder escribir de manera tan profusa.El autor comenta que el libro ya está escrito antes de poner la pluma sobre el papel. Las horas que pasa contemplando inmóvil son horas en las que el pasa y repasa el libro en su cabeza para ver cómo la historia baja cayendo de manera lógica como una cascada. Así es como cuenta que dentro de su obra más reciente, titulada “El misterioso caso de la desaparición del pastel de chocolate” esta surge a modo de spin off de otra de sus novelas; “El club de los raros” en donde ahora está Catalina pasa de ser un personaje secundario a un personaje en cuenta propia. Esto es importante ya que Jordi siendo un niño tartamudo necesitamos más Clubs de Raros para poder reconocer nuestra propia valía y entendernos a nosotros mismos. Porque de la misma manera en la que alguien puede ver a un Picasso y no sentir nada de ello y pensar que son trazos sin más sentido, refiere como nuestra personalidad y nuestras historias son esto mismo, estas mismas historias nuestras historias y entender que no todo lo que se haga será para todos.Considera que uno de sus más grandes orgullos es poder haber hecho la fundación que está a su nombre en la que reconoce a jóvenes autores. Pues ve su historia en la de ellos, ve la oportunidad de convertirse en una voz promotora para ellos, para cambiar y caminar con ellos a sus sueños.Comentó que para la creación del reconocimiento y del premio ha sido la meta de un trabajo de vida muy largo en el que le da un reconocimiento a los que quizás no lo tienen en casa o en su familia.Relató, de igual forma, que cada que va a un pueblo o una ciudad se topa con jóvenes que le confiesan que quieren ser escritores, pero no encuentran el apoyo y él toma gusto en poder ayudarlos ya que se compromete a hablar con ellos y mandarles una carta a los que suscriben sus obras para seguir dándoles aliento y apoyo.En constantes ocasiones habló de cómo lo más importante que puedes hacer para poder ayudarte a ti, es poder reconocerte en el espejo, reconocer tu historia y apropiarte de ella, hacer propio lo que no lo parece. Como consejo, a la juventud dejó la lección de reconocerse a sí mismo, del poder hablar y apropiarse de su voz, su pluma y de tratar de plantar la semilla de nuevas historias para ver cómo germinan estas historias. Pues ningún otro consejo podría ser dado.Por lo mismo para todo los autores jóvenes, o no tan jóvenes recomienda ¿cómo no? “La página escrita” obra suya en la que describe todo su proceso creativo y le da consejos al joven escritor acerca de cómo escribir una verdadera masterclass desde la palabra y perspectiva propia del maestro.Oscar Uribe Velázquez / Mar AdentroSV