Este sábado 3 de diciembre, a las 20:00 horas, el Salón 3 de Expo Guadalajara fue el escenario donde la más reciente novela del escritor y periodista Diego Petersen Farah, "El Chacal" (Planeta, 2022), fue presentada por Carlos Puig y Salvador Camarena, en lo que significa el retorno del autor a la novela, aunque ahora para explorar las relaciones entre el poder y el periodismo, a través de un personaje cuya ambición marcará su ascenso y caída.En este sentido, Salvador Camarena se refirió al verbo "chacalear" como derivación de la actividad periodística, y también imaginó las "aviesas maquinaciones" del autor, que se regodea "en las hediondeces" del periodista que incursiona en la televisión, como para evidenciar que Petersen "no es solemne", y "retrata y se pitorrea" de un gremio aquí representado, con ingenio, donde es "imposible saber quien detenta el poder" (puras cosas que "solo pasan en un país de novela").Ahora, para Puig, este "es un libro de historia", y detectó que "la primera narrativa cuenta el desastre del país"; además, "la de los medios", que es "precisa"; así como la de su relación "con la clase política y empresarial"; y un "exacto retrato" de ambas. La vida de El Chacal es la de la televisora donde trabaja. ¿Y quién es El Chacal? "Creo que una generación de mexicanos", retratada "por un escritor de verdad" que relata "la vida del México presente".En su oportunidad, Petersen contó que el origen de su novela fue en una cena de 2019; "y está escrita en forma de diatriba", de forma directa "y con una sola voz, un personaje que va donde otros no y que reúne experiencias de crisis histórica".Como profesional de provincia, al buscar "hacer periodismo en la Ciudad de México", el autor describe "el sistema de poder", y le encanta "chapotear", lo mismo que contravenir a Kapuscinsky al decir que se requiere "un gran cinismo" para ejercer el oficio.El protagonista no dice su nombre jamás y los personajes históricos son reales, así como los eventos que ubican temporalmente los hechos; Petersen, con todo, sabe que "el poder no cambia, pero esta es una novela, y el propósito es que divierta a sus lectores". Y lo logra, al narrar los pasados cinco sexenios; pero sin perder de vista la actualidad, no exenta de crítica pues "hay que narrar las sombras del periodismo para apreciar sus luces".JM