Adentrarse al mundo jurídico de los derechos de autor desde la literatura, resulta complejo incluso hasta para los mismos autores cuando existe ese primer acercamiento a un contrato, del que puede depender que su propuesta narrativa viaje por el mundo.Durante el quinto día de actividades de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), la escritora y abogada María Fernanda Mendoza Ochoa, abrió el diálogo sobre los desafíos y áreas de oportunidad que se detonan cuando los escritores y editores tienen que hacer frente a las cláusulas, condiciones, derechos y obligaciones que nacen a raíz de firmar un contrato en la industria editorial y la distribución del libro.Conforme avanzaron las preguntas y panoramas expuestos por Mendoza Ochoa en el panel "Hablemos derecho de los derechos de autor", los escritores Felene M. Cayetano (Belice), Jorge Comensal (México) y Carlos Wynter Melo (Panamá), recordaron sus experiencias al conocer por primera vez un contrato y cómo en la mayoría de ocasiones -como pasa principalmente en los autores debutantes profesionalmente- desconocían el lenguaje técnico y jurídico para lograr que una obra realmente se publique y distribuya en condiciones que realmente beneficien al autor.Jorge Comensal explicó que su experiencia con los derechos de autor nació por la publicación de su primera novela "Las Mutaciones" y que al enfrentarse a un contrato le hizo ver que desconocía a ese "género no literario"; de allí comprendió que un acuerdo legal desde la literatura integra diversos factores relacionados, por ejemplo, con la creatividad."En este contrato que firmé con la editorial y con ambas partes en la mejor disposición, había muchas cosas que no estaban contempladas y que después hemos tenido que ir modificando, corrigiendo y debatiendo, pero eso me hizo, en primer lugar, consciente de que los contratos realmente tenían que prever muchas situaciones distintas relacionadas con la creatividad, los derechos autor, propiedad intelectual".María Fernanda Mendoza, expresó que mientras las industrias culturales están en un constante crecimiento en la última década, por el contrario, los ingresos de los autores cada vez más disminuían, panorama que complica que los escritores realmente puedan lograr estabilidad económica desde su parte narrativa; añadió que desde la trinchera de la ilustración también se enfrentan ante situaciones como estas."Mientras que las industrias culturales están en un constante crecimiento, paradójicamente los ingresos de los autores han disminuido entre el 25 y el 42% en la última década. Esto quiere decir que cada vez es menos posible que los autores vivan de ser escritores, en realidad tienen que dedicarse a otras actividades".jb