Invitado por la Coordinación Nacional de Literatura (CNL) del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) para participar en el ciclo conmemorativo “Jorge Ibargüengoitia, nueve décadas”, el escritor Juan Villoro lo consideró como un autor que nos enseñó a ver a México de otra manera y que nos dejó la duda de hasta dónde pudo haber llegado.En el Palacio de Bellas Artes de la capital del país, el escritor y periodista nacido en esta ciudad el 24 de septiembre de 1956, lo definió como un “hombre hosco chamagoso, vestido con una camisa de mezclilla cuando todavía no estaba de moda como lo estuvo después”.Resaltó que, si bien tuvo legiones de lectores y admiradores, la valoración de su obra hoy es muy distinta a cuando él vivía.Recordó que Ibargüengoitia dejó la literatura un tiempo para ir a trabajar a un rancho y subrayó que el teatro fue una de sus pasiones no correspondidas. “Nos enseñó a ver a México de otra manera y ventiló la vida secreta del país con sus acontecimientos del día a día para ofrecernos un retrato costumbrista; murió a los 55 años y nos dejó la duda de hasta dónde pudo haber llegado como escritor”.En el acto, la también escritora Diana del Ángel compartió su primer asombro al leer al homenajeado cuando ella estudiaba la preparatoria. Leyó en voz alta un pasaje de “Viajes en la América ignota” (1972), donde Ibargüengoitia deja ver, entre otras cosas, su punto de vista y reconocimiento a los policías, trabajadores del gobierno a quien casi nadie en el mundo brinda algo de respeto; eso, es sarcasmo puro.“Es un texto humorístico vinculado a la ironía y la sonrisa inteligente. En él, encontramos una mirada crítica sobre los temas sociales que le tocaron vivir, misma que llevó a todos sus textos, tanto periodísticos como en sus cuentos y en sus novelas”, explicó Del Ángel, quien se reveló como una experta en la vida y obra de Ibargüengoitia (1928-1983).Por su parte, la escritora Ana García Bergua, galardonada con el Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz por su novela “La bomba de San José”, recordó que Ibargüengoitia escribió más de 600 artículos periodísticos en los mencionados medios de comunicación, en los que tocó diversos temas sociales, políticos y culturales, “pues él hablaba de todo en sus crónicas, que hoy reflejan la vida cotidiana de esos años”.Puso en relieve el extraordinario, fino y punzante humor de Jorge Ibargüengoitia. “No era humorista al hablar, pero sí cuando escribía”, reflexionó Bergua, para quien el nombre de ese escritor y periodista mexicano es, para todos los escritores, sinónimo de libertad. La obra de ese guanajuatense encierra en sí misma todo tipo de libertades, desde la crítica y la creativa hasta la humorística”, apuntaló la escritora.En habla coloquial, anotó: “Brincos diéramos los nuevos escritores porque nuestros libros volaran de las librerías como los de Ibargüengoitia, que se elevan por su enorme mezcla de sinceridad y crítica a la realidad y a la historia del país”.Ana García Bergua destacó que quien tenga el deseo de conocer la obra de este autor debe comenzar por leer “Los relámpagos de agosto” y “Los pasos de López”, “para que tengan una nueva idea y un panorama diferente en torno a la historia institucional de México, concretamente sobre las etapas de la Independencia, la Reforma y la Revolución”. Recomendó leer sus obras de teatro y sus crónicas, compiladas por Guillermo Sheridan.Recordó que el humor del autor de “Las muertas” y “Estas ruinas que ves” es universal, y su modo de ver la realidad lo relaciona con la literatura anglosajona y rusa. Toda su obra es muy cosmopolita y abierta, y a la vez, muy mexicana, subrayó, y en ese contexto, dijo que la obra de Ibargüengoitia debe valorarse aún más hoy en día, y darle el lugar que le corresponde en el terreno de las mejores Letras mexicanas.