Lunes, 06 de Enero 2025

Evangelio de hoy: Solemnidad de la Epifanía del Señor

Hoy celebramos a Cristo que se ha manifestado a todas las naciones

Por: Dinámica pastoral UNIVA

Una estrella los condujo al Salvador, se postraron ante Él y lo adoraron. WIKIPEDIA/«Adoración de los Reyes Magos», de El Greco

Una estrella los condujo al Salvador, se postraron ante Él y lo adoraron. WIKIPEDIA/«Adoración de los Reyes Magos», de El Greco

LA PALABRA DE DIOS

PRIMERA LECTURA

Isaías: 60, 1-6.

«Levántate y resplandece, Jerusalén,
porque ha llegado tu luz
y la gloria del Señor alborea sobre ti.

Mira: las tinieblas cubren la tierra
y espesa niebla envuelve a los pueblos;
pero sobre ti resplandece el Señor
y en ti se manifiesta su gloria.
Caminarán los pueblos a tu luz
y los reyes, al resplandor de tu aurora.

Levanta los ojos y mira alrededor:
todos se reúnen y vienen a ti;
tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos.
Entonces verás esto radiante de alegría;
tu corazón se alegrará, y se ensanchará,
cuando se vuelquen sobre ti los tesoros del mar
y te traigan las riquezas de los pueblos.
Te inundará una multitud de camellos y dromedarios,
procedentes de Madián y de Efá.
Vendrán todos los de Sabá
trayendo incienso y oro
y proclamando las alabanzas del Señor».

SEGUNDA LECTURA

Efesios: 3, 2-3. 5-6.

«Hermanos: Han oído hablar de la distribución de la gracia de Dios, que se me ha confiado en favor de ustedes. Por revelación se me dio a conocer este misterio, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, pero que ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: es decir, que por el Evangelio, también los paganos son coherederos de la misma herencia, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la misma promesa en Jesucristo».

EVANGELIO

Mateo: 2, 1-12.

«Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo”.

Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel”.

Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: “Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño y, cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo”.

Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino».

Solemnidad de la Epifanía del Señor

Una estrella los condujo al Salvador, se postraron ante Él y lo adoraron.

Hoy celebramos la solemnidad de la Epifanía del Señor, conocida popularmente como el día de los reyes magos. La liturgia de este día inicia con un anuncio de Júbilo de parte del profeta Isaías: “levántate y resplandece, Jerusalén, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor alborea sobre ti”. A esta luz, Jesucristo, dirige el mundo su mirada, es una luz que no es exclusiva para un pueblo, sino que alumbra a las naciones que caminan guiados por su resplandor.

San Pablo revela un secreto. La herencia de Dios, es decir la promesa de salvación, también es para los paganos. Sabemos ya que por el bautismo nos volvemos herederos de esta promesa, pues por este sacramento hemos sido constituidos miembros de la iglesia e hijos de Dios. Esta promesa ha sido manifestada por Jesucristo, el Hijo de Dios. El ejemplo lo vemos en los magos de oriente que guiados por la estrella han venido a adorar a Jesús, en ellos vemos a las naciones que dirigen sus pasos hacia Dios.

En el evangelio de san Mateo también se revelan los regalos ofrecidos al niño Jesús: oro, incienso y mirra. Por la tradición cristiana, vemos en el oro, el reconocimiento de su realeza; en el incienso, su dignidad de Hijo de Dios; en la mirra, su pasión. En los magos también vemos representado los tres continentes conocidos por los judíos hasta ese entonces, como un cumplimiento de la profecía de Isaías que leemos hoy en la primera lectura.

Podemos decir entonces que hoy celebramos a Cristo que se ha manifestado a las naciones.

En este día meditemos en la manifestación que Dios ha tenido en la historia. Bastaría con ver cómo en la historia de la iglesia es Dios mismo quien la conduce, con el testimonio admirable de los santos, que marcan la pauta para seguir caminando hacia Dios.

Podemos llegar de manera mas concreta a la manifestación personal de Dios en nosotros. ¿Cómo Dios pasa de diversas maneras y situaciones en mi vida cotidiana? Siempre Dios nos da luz de su presencia amorosa en medio de nosotros, a través de una palabra, persona, situación, etc. Para poder reconocerlo es necesario estar con los ojos de la fe siempre abiertos, para que la mentira, que siempre está al asecho, no nos nuble la mirada. Por ejemplo, la mentira de Herodes a los magos, que pide que le revelen la ubicación del niño, no para adorarlo, sino para hacerle daño.

Pidamos a Dios por intercesión de María, su madre amorosa, la gracia de reconocer las estrellas cotidianas que nos llevan a Dios, que podamos reconocer su paso en nuestra vida, y que al ejemplo de los magos de oriente, seamos astutos para descubrir aquello que nos engaña, así como ellos descubrieron, advertidos en un sueño, que no volvieran a Herodes.

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