Luego de las recientes actividades de la jornada cultural “Hallazgos en Guachimontones: restauración arqueológica y nuevas lecturas de identidad”, celebrada en el Centro Interpretativo Guachimontones (CIG) ‘Phil Weigand’, se llevó a cabo una conferencia llamada “Nuevos hallazgos en Loma Alta: cerámica y lítica”, presidida por el Dr. Christopher Beekman, de la Universidad de Colorado en Denver y codirector del proyecto de excavación en la zona, y el Mtro. en Arqueología Camilo Mireles, de El Colegio de Michoacán.En este sentido, como indicó Beekman, los avances corresponden a “la excavación en un grupo doméstico en Loma Alta”, en Guachimontones, para lo cual se cuenta con los resultados de la excavación y lo que se halla “en proceso” es el análisis en laboratorio; como primer dato, se aclara que el grupo de casas “es de estatus modesto, no se trata de estatus elevado”.Lo anterior, porque cuando se realizaba la investigación que encabezó Phil Weigand, refiere el especialista, “ellos estudiaron dos grupos domésticos, pero se cree que eran de un estatus más elevado y, nosotros, ampliamos la muestra al estudiar un conjunto donde se llevaba una vida más modesta. Se trata de cuatro casas y un patio compartido; tres estructuras son claramente para dormir ahí, al menos, y una podría ser algo especial, no estamos seguros de momento, pero podría ser un santuario o sitio para realizar rituales (tiene un piso de piedra y no de tierra, lo que sugiere que se buscaba evitar el contacto, para proteger el suelo)”.Enfoque distintoSeñala Beekman que, “anteriormente, el trabajo de excavaciones en Guachimontones estaba más enfocado en la política, las élites, por eso había poco enfoque en la gente común; de ahí que los grupos domésticos fueran un componente poco importante en su estrategia, y para nosotros es el centro, aunque tenemos la esperanza de excavar otros sitios”.Los estratos de gente común, explica el Doctor, “no recibían antes la atención que les corresponde de acuerdo con su importancia y números (eran cerca del 90 por ciento de la población en el mundo antiguo); además, aquí en el Occidente apenas estamos tomando la dirección de excavar las casas. Ahora, existe el prejuicio de que la gente común es más homogénea, pero se ha descubierto lo contrario, que son muy diversos”.Amplia colección de materialesPor su parte, Camilo Mireles, especialista en el trabajo de la piedra, establece que “ha cambiado un poco el marco de pensamiento que usamos para analizar las herramientas, aunque aún no terminamos de revisar todo el material de la excavación -en Loma Alta, la parte alta del cerro, a unos metros de Guachimontones-, así que tenemos impresiones preliminares”.Estas impresiones, tras cerca de seis semanas de excavación (que concluyó en febrero pasado), se dan -refiere el maestro- a partir “del trabajo de laboratorio, que es mucho más prolongado, ya tenemos tres semanas en análisis y quizá tome unas cuatro más. La colección de materiales se conforma de piezas de obsidiana de lo que llamamos ‘tecnología oportunista’, herramientas para labores como cortar, raspar o perforar (usualmente les llamamos lascas, y lo esencial es que tuvieran bordes cortantes), y también hay navajillas prismáticas, y de joyería tallada, que creemos era para adornos corporales, antes se creía que los usaba la gente de clases altas pero ahora vemos que también la gente modesta, que les utilizaba para expresar su ideología”.Una realidad complejaPor mucho tiempo, este tipo de investigaciones se centraban en sectores “del mayor poder político o económico”, apunta Mireles, y si se considera que la gente de poder es una minoría, conocíamos muy poco de cómo elaboraban este material, ahora vemos que no tenían el control total sobre la materia prima, ni acaparaban la producción, vemos otra cara de la moneda porque la gente común la adquiere y, como hay obsidiana de varios colores, se sabe ya que también intercambiaban la piedra con otros grupos”.Nuestra corriente de pensamiento es un poco distinta en el pasado, que consideraba que la relación entre distintos estratos era más vertical y de mayor control sobre los estratos bajos; ahora pensamos que es de un modo más horizontal, que la gente de abajo tenía más libertad y menos restricciones para elegir actividades económicas, y también rituales. No se desechan propuestas del pasado, sólo se matizan y se consideran aspectos que antes no, además se considera que la realidad es más compleja”.EL DATOColaboraciónEl proyecto de excavación que se realiza en la zona de Guachimontones, encabezado por el Dr. Beekman y la Dra. Verenice Y. Heredia Espinoza (de El Colegio de Michoacán), es completamente bilingüe y es una forma de colaboración donde la mitad de los estudiantes involucrados es estadunidense y la otra mexicanos.