Definir un estilo personal e innovador para destacar en el mundo del diseño y la ilustración no fue algo que le quitara el sueño a Chris Haughton, quien anteponiendo la pasión que el color y las formas le despiertan, ha logrado recorrer el mundo a través de los peculiares personajes que ahora protagonizan sus libros con historias hilarantes y divertidas.Aunque la propuesta final de Chris Haughton está enfocada en el mercado infantil, sus libros seducen por igual a los adultos. Las razones: una fiesta de colores en cada página y personajes que confrontan miedos y sueños desde una perspectiva divertida, honesta y con un aprendizaje siempre de por medio.En entrevista, el ilustrador irlandés detalla respecto a sus creaciones: “En lo creativo y en tu estilo no hay nada equivocado. El camino y cómo has llegado allí es diferente para cada quien. Yo ya no solo ilustro, también escribo, y si hace años alguien me hubiera dicho que yo tendría que escribir hubiera dicho que no, pero nunca sabes cómo vas a llegar a eso. No importa de dónde venga tu proceso, para mí lo importante es divertirse y trabajar sobre ello, expresarte”.De regreso a México, Chris Haughton aterrizó en la pasada Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) con la esperanza de volver a encontrar esa inspiración que ha plasmado en libros de su autoría, tanto en texto como en ilustraciones, como en “No tengas miedo cangrejita” que lleva consigo esa maravilla que este ilustrador irlandés encontró al conocer las olas de la costa oaxaqueña, o como también lo ha hecho con “Un poco perdido”, que en su páginas lleva el mosaico colorido de Chiapas.“Siendo joven comencé a tener ciertas influencias, a seguir a muchos ilustradores que me gustaban. Quizá comienzas agarrando elementos de ellos y al final toda esa amalgama o fusión termina formando tu propio estilo, después vas tomando otras cosas, quizá ya más pequeñas, conforme avanzas en tu carrea”, explica Haughton.Igualmente, considera que su estilo también ha resultado atractivo por la claridad de sus mensajes, los cuales tienden a surgir con un par de imágenes que engloban el discurso pensado para cada uno de sus proyectos: “Por lo general, cada libro lo inicio desde dos imágenes en particular que definen el libro, la historia y el concepto. Partes de la repetición de esa imagen primera que concebiste, crea algo cíclico y da forma a esa dramatización y diversión de la historia”.Otra carta fuerte en el estilo visual y literario del ilustrador es ofrecer historias capaces de divertir a los niños y dar un vuelco por completo al cliché de que las tramas infantiles están condenadas solo a la cursilería. “Pienso que ese proceso y búsqueda creativa parte de mí y para mí. Al querer hacer algo cómico para compartirlo pienso mucho en esa frontera entre el mundo de los niños y adultos, ves si ese lenguaje que estás utilizando puede ser universal y ser cómico para ambos, así intento cubrir ese doble espectro. Hay algo para mí muy claro, y me sería un insulto el utilizar un humor para adultos que un niño no pueda entender, pero también pienso en evitar que mi obra sea demasiado dulce o tierna. Me interesa trabajar el humor en los niños, ellos quieren divertirse”.