Lucia Berlin ha sido un fenómeno editorial en los últimos años: fallecida en 2004, su obra se recogió en dos volúmenes un decenio después, para cautivar a los lectores anglosajones, en un éxito que se ha replicado en español. En México, sus obras “Manual para mujeres de la limpieza” y “Una noche en el paraíso” se publicaron dentro del sello Alfaguara, editorial que ahora recibe el libro póstumo “Bienvenida a casa”, en el que trabajaba Berlin cuando falleció.Mayra González Olvera, editora de Alfaguara, platicó sobre el valor de esta obra póstuma: “Es el cierre de la obra de Lucia Berlin: con los dos volúmenes previos tenemos disponible para los lectores todo lo que hay de su ficción. Ahora “Bienvenida a casa” es el cierre perfecto para todos los que han amado a Lucia a través de sus cuentos, es su propia voz, la de una mujer que escribía su autobiografía cuando la muerte la pilló antes de poder terminarla. Una propuesta editorial, que parte de su hijo, con fotografías y cartas que suman a la intención de contar su vida: es el encuentro íntimo de los lectores con la escritora. Ya nos había abierto su intimidad, sus cuentos tienen una parte muy fuerte biográfica; ahora se puede constatar y corroborar leyendo Bienvenida a casa”.El libro arroja luz en ciertos vasos comunicantes entre cuentos y episodios de su vida: “Me parece que es ese tipo de historias de lector que nos complacen, sentimos que tenemos el cien por ciento de un autor. A veces sentimos que no los alcanzamos a asir completamente: en este caso con los tres volúmenes tenemos a toda Lucia Berlin en la biblioteca”.Para Mayra como editora, tener la totalidad de la obra de un autor es importante: “Alfaguara siempre ha sido un sello que si bien apuesta por la renovación del catálogo, tenemos además autores consolidados que han ido creciendo con la editorial, tenemos a grandes clásicos: para nosotros es importante eso, ser un sello de fondo editorial y de obra de autor. En el caso de Lucia Berlin nos complace por muchas razones: somos el sello que la trajo a los lectores en español. Hemos conseguido que más de cien mil lectores en toda Hispanoamérica hayan leído la obra completa de Lucia Berlin. Es una justicia poética, una justicia editorial de la cual somos el vehículo. Le da un valor al catálogo absolutamente incomparable”.El proyecto de la traducción tiene continuidad con el trabajo de Eugenia Vázquez Nacarino: “Son esenciales, es lo que hace que los lectores tengan el acceso a la obra en su idioma. Nosotros tenemos la tranquilidad de que la obra está llegando de la mejor manera a los lectores. Sabemos del trabajo de traducción, lo valoramos muchísimo, tenemos traductores de toda la vida que nos han acompañado en el sello. Es un trabajo impecable, de fidelidad y de cariño hacia la obra de otro: va muy en consonancia con lo que hace un editor. Confiamos en que las palabras escritas en un idioma están llegando a los lectores en otro idioma, tal como el autor lo quería. Eugenia Vázquez recibió el Premio de Traducción Esther Benítez, un premio importantísimo de traducción, justo por ‘Una noche en el paraíso’. Es muy importante poner el hincapié en los traductores siempre: son los que están en la sombra, los que están en letras chiquitas. Un poco lo que pasa en el cine cuando nadie se queda a ver los créditos”.Además del texto biográfico, “Bienvenida a casa” incorpora una serie de imágenes y un apartado epistolar: “Muchas de sus cartas son cuentos, la prosa que tenía, la manera de comunidad son casi cuentos. Cierra perfecto la intención de intimidad, es algo que nos apasionó mucho. También las fotografías, que nos llevan a sus momentos familiares, de vacaciones. Hay una foto padrísima donde ella está dormida, está descansando: después en el texto nos habla cuando despertó Buddy (Berlin), uno de sus grandes amores y un hombre muy fallido, se estaba inyectando heroína. Antes veíamos la foto de ella dormida con toda la paz y la tranquilidad. Esas fotos y las cartas nos dan un contacto íntimo de una mujer espectacular, extraliterariamente hablando. Si solo leemos los cuentos es maravilloso, pero cuando entramos a su vida es espectacular lo que hizo: cómo se reconstruyó, cómo vivió su maternidad, cómo vivió como pareja, cómo se buscó la vida en todos los sentidos (laboralmente, mudándose de un lugar a otro). Mucho de eso viene de primera mano en cómo se lo contó a alguien que le representaba algo en su vida, en las cartas. Los lectores somos metiches profesionales, y las cartas y diarios dan hasta un gusto culposo”.Sobre el éxito que han tenido “Manual para mujeres de la limpieza” y “Una noche en el paraíso”, la editora platicó: “Nos sorprendió muchísimo. En inglés fue una sorpresa y en español fue la misma sorpresa y fortuna. Hay muchos factores que podemos analizar, pero antes de enumerarlos me voy a contradecir: no sabemos qué pasa en estos casos. Si lo supiéramos la industria editorial tendría una fórmula. Sabíamos que era una joya, que tenía que estar en el catálogo, pero salimos con una tirada modesta, sin una gran campaña. De pronto fue el boca a boca, las librerías diciéndonos que necesitaban resurtido, necesitábamos reimpresión. Hasta la fecha estamos con esta resonancia. Ya también Almodóvar comentó que algunos de los cuentos de ‘Manual para mujeres de la limpieza’ son base de un guion en el que está trabajando, que es uno de los libros que más le ha impresionado. El éxito ha sido en México, en Latinoamérica, en España y obviamente en su idioma. Es interesante, dando por sentado la calidad literaria: tiene una capacidad de contar lo cotidiano y darle la vuelta con lo extraordinario. Es algo que a todos nos gusta: un escenario que comienza con la casa, la mesa, la familia, que nos parece lo más normal, y de pronto hay algo que vuelve esa historia extraordinaria.El tema del humor, humor negro, está presente en casi toda su obra. En México es algo con lo que comulgamos. El tema del amor, muchos de sus cuentos son cuentos de amor, de desamor, algo que nos encanta leer. Son divertidos, intensos, son cercanos: muchos de los contextos son latinoamericanos, eso nos acerca a su obra”. Lucia pasó por México (Acapulco, Puerto Vallarta, Yelapa, Guadalajara, Oaxaca, Chiapas) y Chile, principalmente: “Están las fotos de las ciudades, de los pueblos, sus vivencias en Acapulco, las vivencias no tan felices en Puerto Vallarta, está la música. La última entrada que escribía termina justo en Chiapas, después ya viene el listado de las casas en donde vivió, un listado muy divertido con los problemas que había en cada lugar, y luego finalmente las cartas”.