En la naturaleza la diversidad es la regla y desde lo cuántico hasta lo cultural encontramos que siempre hay más de una expresión de la realidad, hasta la luz se comporta como onda o como partícula por más paradójico que nos parezca, y quizá es de esta incertidumbre, de esta diversidad de universos de donde nació la necesidad biológica del miedo, una respuesta para protegernos de lo desconocido. Pero aunque el miedo sea genético, el odio es cultural, así que no importa que sea de animales temer: es de humanos cuestionar, comprender y empatizar.Esa fue la premisa de Marsha P. Johnson, madre de los movimientos urbanos LGBTTTQI+, una mujer trans y afrodescendiente que tuvo el valor de enfrentarse al miedo/odio social y desde un movimiento pacífico, hacer visibles y dignas otras expresiones de la humanidad: nuestra diversidad sexual. Como ella, muchas voces que desafían el status quo eurocéntrico-heteropatriarcal-capitalista han sido silenciadas por el ejercicio del odio: la violencia. Pero aún la sociedad más rancia va a tener que soportar porque la diversidad de la naturaleza siempre se expresa.En este sentido, el legado del Magistrade Jesús Ociel Baena, primera persona mexicana en conseguir un pasaporte no binario y víctima del odio en noviembre del 2023, merece ser reconocido como una de las principales raíces del derecho legal para la diversidad sexual en México, porque el futuro de las ciudades no se debería tratar de autos voladores o formas nuevas de consumir recursos viejos, sino de crear espacios dignos y justos que permitan a la diversidad de vidas, humanas y no humanas, expresarse en el tiempo.Recordemos que el movimiento LGBTTTQI+ no trata de envolturas de colores, esa es la interpretación capitalista del dinero rosa (gay branding), estamos hablando de un acto colectivo para defender la naturaleza desde la trinchera de la diversidad sexual. El arcoíris mismo es un símbolo de que nuestra realidad no es de absolutos sino de espectros, estamos conectados transitando gradualmente del rojo al violeta, del día a la noche, de la primavera al invierno, de la costa a la montaña, de lo rural a lo urbano, de la niñez a la vejez, de lo masculino a lo femenino, de lo humano a lo no humano.Se trata de La Veneno o de Nikkie Tutorials, cada persona que ha tenido el valor de expresar su identidad ha creado riqueza cultural y sumado a las ciudades del futuro. En particular, reconozcamos la fuerza y coraje que la comunidad trans y no binaria ha tenido para, desde la precariedad urbana, alzar la voz para heredarnos libertades.Hoy en México, Samantha Flores, La Vogue, Diego Martínez, Wendy Guevara, Mauro Alessandri, Vanesa 4k, Aletze Estrada, Benjamín Gutiérrez o Negraconda desde la ciudad de Guadalajara, continúan la marcha para que el futuro no siga la lógica de un monocultivo cultural (el objetivo Nazi), sino ciudades que celebren las diferencias, porque la diversidad nos da individualidad y eso también nos conecta. Así que, si el futuro es sexualmente biodiverso sólo queda preguntar... ¿podrás?Marcos Vinagrillo es biólogo y maestro en comunicación de la ciencia y la cultura. Su experiencia y pasión se ha centrado en la comunicación ambiental y la biodiversidad a través de acuarios, zoológicos y jardines botánicos. Actualmente colabora con el Museo de Ciencias Ambientales en las narrativas de las exhibiciones vivas, los jardines y el proyecto del Jardín Educativo.Crónicas del Antropoceno es un espacio para la reflexión sobre la época humana y sus consecuencias producido por el Museo de Ciencias Ambientales de la Universidad de Guadalajara que incluye una columna y un podcast disponible en todas las plataformas digitales.