Éste es un viaje que demanda un largo recorrido, pero también ofrece un gran premio. Único. Primero, tenemos que llegar a la provincia de Río Negro, Argentina, y desde allí movernos a la ciudad de El Bolsón. Será entonces cuando estemos cerca de ese tesoro llamado Bosque Tallado, un espacio como ningún otro, donde las manos de la naturaleza y el ser humano se tocan suavemente en armonía.Conocido como El Piltriquitrón, que en lengua del pueblo mapuche significa “el cerro colgado de las nubes”, al subir en su punto más alto te encontrarás a 2 mil 300 metros sobre el nivel del mar, lo que le basta para convertirse en una referencia para los viajeros que buscan sumergirse en la naturaleza. Pero hay mucho más por descubrir.En su punto más alto, se encuentra un singular museo escultórico a cielo abierto, construido con la madera de gigantescas lengas (robles que se encuentran en la región de Tierra de Fuego) muertas que sufrieron un atroz incendio hace cuatro décadas. Murieron, sí, para volver a nacer como el Bosque Tallado.Además del Bosque Tallado, se puede acceder a la cima del Cerro Piltriquitrón continuando por el sendero principal, recorriendo solo mil metros más. Desde allí podrás contemplar, en todo su esplendor, diversos cerros y puntas tanto de Argentina como de Chile.El Piltriquitrón juega un papel clave en la ciudad de El Bolsón. La enorme formación rocosa protege a la urbe de los vientos que provienen de la estepa Patagónica. El microclima creado ha permitido que esta región sea próspera.Pero la naturaleza siempre se reserva algunas sorpresas. De acuerdo al departamento de turismo de aquella región, “en 1978 y 1982, dos feroces incendios azotaron su bosque. Por años, un cementerio de gigantes lengas tiñó de un aspecto sombrío a buena parte de este pulmón cordillerano, hasta que en 1998, la iniciativa de un escultor dio vida a una propuesta que hoy llena de luces y magia a este lugar: El Bosque Tallado”.Fue Marcelo López y su compañera quienes, en una caminata por el bosque, se toparon de frente con el imponente y desolador paisaje de vegetación quemada. Esa visión apocalíptica sin embargo trajo una idea de vida: la de convocar a escultores de todo el país para convertir aquellas maderas inertes en obras de arte allí, en las alturas, sin más refugio que la bóveda celeste.13 fueron los artistas que compartieron una semana de trabajo y de convivencia en la parte más alta del “Piltri”, como se conoce de cariño a este gigante rocoso. Las obras se quedaron para siempre en el bosque, por supuesto, a modo de ofrenda. El evento tuvo cinco ediciones más: en 1999, 2003, 2006, 2010 y 2014. “Artistas del país y del mundo acudieron a la cita en cada edición y le devolvieron vida al bosque donde precisamente el fuego había dejado una oscura marca: quizás como una manera de conjurar la tragedia ecológica con arte”, agrega la oficina de turismo a este medio.El viajero que explore el “Piltri” encontrará 56 piezas, cada una con un espíritu propio y monumental, que se han convertido además en un atractivo para el turista tanto argentino como de todo el mundo.¿Cómo llego? Lo mejor es viajar a través de líneas como Latam, aunque harás al menos dos escalas antes de llegar. Desde Buenos Aires encontrarás vuelos regionales a la provincia de Río Negro, pero no descartes la aventura de andar en autobús.
