“Yo vine a hacer observación participante” es una frase que aparece en una de las novelas de Alejandro Vázquez, y también con la que él mismo se define.Con esta frase recuerda el término antropológico de mirar a las comunidades, al mundo, y participar en él sin alterar el curso de las cosas. Siendo esto una peculiaridad también al leer sus obras.Alejandro apela que la constancia es un valor importante, tanto como para ser considerado rector en su vida, ya que tiene la creencia firme de la virtud que existe entre ella y el trabajo duro.Sus géneros son el cuento y la novela, colocándose a favor del cuento por la maleabilidad que tiene y la facilidad para el autor de expresarse con libertad.“Hay una riqueza técnica del desarrollo del cuento que en una novela necesita ser más enfocado, no perder el hilo y desarrollar a fondo; en el cuento puedes jugar”.Para Alejandro su inspiración son las raíces de la literatura mexicana, como Juan Rulfo, Juan José Arreola y Elena Garro.“Creo que al fin y al cabo el arte refleja nuestra vida y visión, por eso comento que ensayar la mirada es muy importante.Un aprendizaje importante fue darme cuenta que todos los elementos y aspectos de la vida fueron necesarios para ejercitar eso en mí y lograr lo que hago hoy”El autor considera que en sus escritos busca impulsar la reflexión de los lectores, dejarles la inquietud dar el siguiente paso, y en los jóvenes específicamente considera a todo lo que hagan como factor de cambio.Es la segunda participación que tiene el autor en la FIL, y la primera como participante de la iniciativa “¡Al ruedo! 8 talentos mexicanos”, con ello ve una apertura importante en la feria respecto a nuevos proyectos y nuevos públicos en la literatura mexicana.
