Con la luna nueva de esta noche, China comenzará el año de su calendario oriental, dedicado en esta ocasión al perro, un animal que todavía carece de derechos y protección en el país, pero cuyo uso como mascota -y no como alimento- está cada vez más extendido entre los chinos.Por ello, este periodo supone una oportunidad para que estos animales ganen derechos que en otras zonas del mundo ya tienen."Va a haber mucha gente hablando de perros. Todas las marcas van a tener como protagonista al perro y recibirán mucha atención", dijo a Efe Chris Lau, fundador de la ONG Think Adoption Shanghái.En China, a diferencia de otros países, todavía no existe una legislación que proteja a estos animales, cada vez más populares entre la creciente clase media local.Según datos de la organización Animals Asia, hasta 100 millones de animales, principalmente gatos y perros, se registraron como animales de compañía en China durante 2015."Estoy seguro de que las leyes de protección llegarán pronto. Por ejemplo, en Hong Kong o Taiwán están muy avanzados y hay leyes para proteger a las mascotas. China es un país muy grande, todo cuesta mucho tiempo, hay muchas leyes locales, pero estoy seguro de que pronto llegarán", apuntó Lau.Recientemente el país ha dado un pequeño paso en esta dirección: gracias a un nuevo plan de estudios del Ministerio de Educación, a partir del próximo curso escolar los estudiantes de secundaria podrán estudiar una asignatura sobre el bienestar animal.El módulo opcional versará sobre el tratamiento ético de los animales y el bienestar de las mascotas y de los animales salvajes y se encamina en la dirección necesaria para que se produzcan los cambios, "la educación", apunta Lau.A través de la organización que fundó hace siete años, Lau se dedica a fomentar la adopción a través de las redes sociales, gracias al empleo de personalidades famosas o marcas de moda."Empecé a hacer trabajo de salvamento de perros y de ayuda a las adopciones, hasta que un día me di cuenta de que lo importante era influir en más gente para que crezca el movimiento de la adopción, que es una actitud y una forma de vida", apunta.Los perros también son el centro de la vida de Elsa Medin, una sueca de 24 años, y Erin Leigh, estadounidense de 29, ambas residentes en Shanghái (este) y que han visto cómo en los últimos años el interés de los chinos por los perros ha aumentado notablemente."Ha crecido mucho en estos cinco años desde que llegué; ha cambiado mucho, hay perros en todos los sitios. Los chinos se acercan a ver tu perro y esto no pasaba antes, la gente tenía mucho miedo a los perros y pensaban que eran sucios", contó a Efe Medin.Ambas son las creadoras de Spare Leash "una especie de Airbnb para conectar a dueños de mascotas con cuidadores expertos" y que ofrece servicios como paseo, acompañamiento al veterinario o guardería.Aunque en un principio enfocaron su negocio hacia la comunidad internacional, están a punto de sacar la versión local de la web ante el aumento del interés de los chinos."Les gusta adoptar estilos de vida de Occidente por lo que ahora cada vez ven más a los animales como miembros de la familia. Muchos chinos no tienen hermanos, son hijos únicos, por lo que se les compra una mascota para que estén acompañados", agrega.Pese al avance en el cambio de mentalidad de los chinos con respecto a los perros, Leigh recuerda que todavía se siguen realizando festivales gastronómicos de carne de perro como el que cada año se lleva a cabo en la ciudad meridional de Yulin.Sin embargo, contra la creencia popular de que en China se come carne de perro de un modo generalizado, hoy en día no es un producto extendido, sólo se come en algunas zonas del país y ya ni siquiera se puede comercializar.A mediados del año pasado, el Gobierno aprobó una ley que prohibía la venta de este tipo de carne en el país. Hasta entonces, según datos de la ONG Humane Society International (HSI), entre 10 y 20 millones de perros eran sacrificados cada año para consumo alimentario.