Hoy, a las 19:00 horas, será inaugurada, en el espacio cultural Rayón 376, la exposición “Una tarde como todas las demás”, con obra fotográfica de las artistas Anna Korotkova (Rusia), Inés Tanoira (Argentina), Rocío Lomelí (Guadalajara); una muestra que es fruto de la colaboración entre el recinto de exhibición y Espacio Negativo, una plataforma de difusión, reflexión y producción de proyectos fotográficos y visuales.En este sentido, conformado por Ariana Díaz, Alethia García y Mai de Alba, Espacio Negativo es una iniciativa que se construye a partir del diálogo, la experimentación y la colaboración que surge en 2018, todo con respecto a la fotografía contemporánea, a través de organizar talleres y charlas; ahora, “una tarde como todas las demás” es su primera exposición en un espacio físico y, “aunque durante la pandemia disminuyó el ritmo de trabajo, el último año hemos tenido una labor activa gracias a invitaciones”, refiere Ariana Díaz en entrevista con EL INFORMADOR. Por otra parte, Andrés Alejos, director y gestor del espacio cultural Rayón 376 (finca de valor patrimonial ubicada entre La Paz y Libertad), afirma a esta casa editorial que en Espacio Negativo encontró un grupo “con intereses similares a los que tengo en cuanto a la exploración contemporánea de la fotografía; ellas tienen más camino recorrido en cuanto a actividades y conexiones, y nosotros hace menos de un año que nos consagramos como un espacio dedicado a la foto”.Así, “esta es una de las varias colaboraciones que pretendemos tener con Espacio Negativo”, dice el director del recinto; de este modo, el objetivo fue llevar al espacio de exhibición la muestra, cuenta Díaz, “y estuvimos meses trabajando, primero eligiendo a las artistas, y con Andrés coincidimos en que debían ser Korotkova, Tanoira y Lomelí. Sólo la tercera es de Guadalajara, pero es debido a que gracias a las redes hemos tenido colaboraciones con otros proyectos a nivel internacional”. Respecto de la muestra, indica García, se trata de fotografías “que hablan desde la propia experiencia, pero no desde los procesos formales de producción sino de los narrativos dentro de la imagen. Además, también redujimos el número de artistas seleccionadas en virtud de mostrar trabajos específicos; y tomamos como punto de partida la identidad, un tema muy activo para mostrar desde el arte en general, y presentamos proyectos en los que están trabajando cada una, en los que se manifiestan decisiones individuales que detonan otras cosas”.De esta forma, el trabajo de Anna Korotkova “muestra un proyecto específico en el que trabaja con microorganismos y bacterias; el intento es trabajar con la piel, fotografías de microscopio con organismos que se desarrollan a partir de un trozo de su piel (algo que semeja un autorretrato), con un claro interés en la transición entre lo vivo y lo muerto que, finalmente, vive de nuevo”. En cuanto al trabajo de Rocío Lomelí, destaca Díaz, “las fotografías se toman en la fábrica familiar (de pelotas de hule), y tratan de la vida de la fábrica misma, las formas particulares en que funciona la empresa familiar; se capturan imágenes de los espacios, un registro en el que se abstraen las experiencias de un lugar significativo”.Finalmente, la argentina Inés Tanoira, desarrolla un proyecto “que habla específicamente de la muerte de su abuela; convivió con ella y, las imágenes —a partir de su ausencia— revelan vestigios o huellas que existen en esa casa de su abuela, cada vez más vacía en cada nueva visita. El registro es el del espacio cotidiano, elementos específicos de la casa donde se ubica la presencia del personaje. Por eso el título de la exposición, porque expresa como uno se relaciona con su entorno, como se identifica uno con él”. El espacio cultural Rayón 376 nace como una sede física que busca montar en exclusiva trabajos de fotografía; ahora, si algo detona el proyecto es que hay mucha actividad en el ramo pero no un espacio dedicado a la muestra de trabajos fotográficos. Asimismo, los canales o espacios existentes en la ciudad están acaparados por una visión histórica o de registro. Este lugar pretende mostrar fotografía contemporánea, una producción que existe en la ciudad pero carece de espacio formal para su exhibición.
