Francisco González Bocanegra, célebre por ser el autor del texto del Himno Nacional Mexicano, nació un 8 de enero (1824) en San Luis Potosí. Su nombre completo fue Francisco de Paula Luciano José Antonio Agustín del Carmen de San Rafael González Bocanegra, y al igual que su caudal de nombres de pila poco se conoce ahora del resto de su obra, que abarca poesía, dramaturgia y crítica teatral en formato de colaboraciones periodísticas.El vate pasó parte de su infancia en España, al ser desterrada su familia tras la Independencia. Fue hijo del militar español José María González Yáñez y de la mexicana Francisca Bocanegra (hermana de José María Bocanegra, quien fuera presidente interino de México por un brevísimo periodo de siete días, en 1829).Al volver a México, muy pronto Francisco se instaló en la capital. Al terminar su adolescencia se acercó a la Academia de Letrán y al Liceo Hidalgo, en busca de un ambiente literario para sus aspiraciones. Para ganarse el sustento cotidiano se dedicó primero al comercio, más tarde entró a la función pública.Fiel a la usanza de la época, el poeta se casó con su prima, Guadalupe González del Pino y Villalpando. Gracias al impulso de ella se tiene actualmente el texto del Himno Nacional, según cuenta la famosa anécdota. Fue a finales de 1853, durante el mandato de Antonio López de Santa Anna, cuando se publicaron las convocatorias para el nuevo himno de la naciente nación mexicana. El gobierno llamaba a los conciudadanos a un concurso público para elegir el texto y música: Francisco González Bocanegra era apto para participar, pero rejego para compartir sus textos, por lo que su esposa lo exhortó (mediante un encierro) a escribir unos versos para presentar al certamen. A la postre, como sabemos, el himno escrito por González Bocanegra fue el ganador, con dos agravantes: no recibió el reconocimiento debido en su momento, y tras la caída de Santa Anna el himno dejó de ser oficial por unos años.Como escritor para teatro, Bocanegra vio en vida representada su obra titulada “Vasco Núñez de Balboa”, un drama basado en el personaje histórico. La obra solo tuvo dos funciones y según los testimonios de la época gustó al público y disgustó a los críticos. A su muerte (en 1861) dejó inconclusa una segunda pieza teatral, de la que solo escribió un acto: “Faltas y expiación”. Su obra poética, la compartió en vida en publicaciones como La Ilustración Mexicana, Presente Amistoso, Álbum de señoritas y Diario Oficial, del cual llegó a ser director.Estilísticamente Bocanegra se inserta en la tradición romántica, ya de salida en Europa pero todavía en auge en la mitad del siglo XIX en América. Junto a sus versos, otra evidencia de ello son sus juicios teatrales, también obnubilados por la moral decimonónica. Afín a la tradición poética intimista, sus poemas son autobiográficos; en ellos aparece la imagen de la musa, Elisa, un personaje femenino basado en su pareja. Igualmente escribió poemas patrióticos.Para la literatura mexicana, Francisco González Bocanegra es el tipo de poeta que en la música se le llama “one hit wonder”, es decir, un artista de un solo éxito: el Himno Nacional. Su obra completa tuvo que esperar casi un siglo para ser reunida y publicada. Fue su paisano Joaquín Antonio Peñalosa quien recopiló la totalidad de su obra poética (61 textos)además de investigar sobre su biografía. El libro de Peñalosa se publicó en 1954 dentro del sello editorial Imprenta Universitaria, un volumen de casi medio millar de páginas de escasa circulación en la actualidad. Miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, el sacerdote y poeta Joaquín Antonio Peñalosa también investigó la vida y obra de Ignacio Montes de Oca y Luis de Góngora.
