Como actividad vinculada con el Día Mundial del Medio Ambiente, acaecido el pasado domingo 5 de junio, el Museo de las Artes (MUSA) de la Universidad de Guadalajara (UdeG) inaugura este jueves 9 de junio la exposición ‘Re-construcción de la memoria’ –bajo la curaduría de Laura Ayala–, del artista Davis Birks (Seattle, Estados Unidos, 1957), una reflexión en torno a las afectaciones ecológicas derivadas de la acción humana, con 15 piezas de arte conceptual (entre pinturas e instalaciones) que se ubicará en salas de la planta alta.En este sentido, acerca del origen de esta muestra, el artista estadunidense comenta que “los proyectos incluidos en la exhibición son una manifestación de una larga charla sobre el tema del paisaje que inicié cuando era niño. Los resultados son una amalgama de facetas extraídas del largo de esta conversación que abarca ya muchas décadas, y queda en un sentido como algo autobiográfico, un conjunto de impresiones coleccionadas durante mi vida”.Ahora, en cuanto a la colaboración con la curadora, Laura Ayala, Birks relata que “hace un par de años, ella expresó su interés en la serie de los ‘Paisajes reconstruidos’ y poco a poco fuimos estudiando posibilidades para construir una exhibición basada en los conceptos de esta serie. Ha sido una colaboración excelente. La aportación de Laura ha resultado en el crecimiento de posibilidades de las instalaciones y obras con que estamos trabajando”.Asimismo, respecto de los elementos o materiales con los que trabajó para el desarrollo y elaboración de las piezas que integran la exposición, el creador refiere que “la gama es muy extensa, pero en breve: árboles reales y artificiales, pasto artificial y pasto real, espejos, muebles, ladrillos, madera y más”.En palabras de Birks, si pensamos en torno del título de la muestra, “es nuestra corta memoria la que nos perjudica para reconocer realmente cuánto ha cambiado nuestro medioambiente en los últimos cien años. Nos vamos acoplando y acostumbrando al estado actual como si fuera nada más la continuación de un estado perpetuo, y olvidamos cómo era antes, el tamaño de los glaciares, los bosques, la cantidad de biodiversidad (que hoy en día no se compara con cómo era anteriormente)”.De esta forma, detalla el artista, “mucha de la obra de esta exhibición trabaja con la idea de pérdida o de punto de no retorno; como ejemplo, en las instalaciones ‘En memoria’ y ‘La sala’, hay un juego visual de un paisaje interior-exterior, una fusión de la naturaleza con lo urbano”; además, “en el proceso y resultado final de las obras de la serie ‘Paisajes reconstruidos’ se muestra una sencilla analogía con nuestra relación con el entorno natural: no podemos retroceder en el tiempo para deshacer el daño que ya hecho; solo podemos avanzar y volver a juntar las piezas para reconstruirlas lo mejor posible”.Por otra parte, Birks destaca que “como agente del proceso destructivo en esta serie de obras, me recuerdo a mí mismo que soy, en parte, la causa de la actual crisis medioambiental a la que nos enfrentamos” y, así, señala que “a través del proceso de este trabajo, los paisajes destruidos se vuelven a juntar, cada uno de ellos es un registro de su propia destrucción y reconstrucción”.Ahora bien, la responsabilidad que puede o no asumir un artista ante el deterioro ecológico no es cosa sencilla de abordar; y de ese modo, el artista relata que “llegué aquí a Guadalajara en un avión. Subí un taxi para llegar a mi hotel. Estoy escribiendo este texto en una computadora con las luces de mi cuarto prendidas, tomando agua de botellitas de plástico del hotel. Soy parte del problema. Lo que yo hago, o mi familia y yo, para disminuir nuestro impacto negativo al medioambiente es importante, pero aún es simbólico ante la magnitud de la crisis”.Y sin embargo, acota Birks, “vivimos en una máquina cultural en marcha con un enfoque en el dinero, lucro y poder en donde es muy difícil implementar cambios estructurales. Pero sería genial si pudiéramos hacer un cambio de enfoque, en donde las decisiones personales y de las instituciones no dependan tanto del dinero sino, más bien, en el bienestar general y el valor e importancia de la vida y nuestro medioambiente. ¿Sería posible?”MF