A partir de este lunes 24 de abril en Sala Silenciosa (López Cotilla 814), estará disponible la exposición “Monotipos y Dibujos” de Daniel Lezama, la cual consta de 24 piezas. El artista explica que parte de la intención de esta muestra es hacer un homenaje a José Clemente Orozco y su intención por la gráfica. La muestra cuenta con piezas en formatos pequeños con la intención de acercarse a coleccionistas jóvenes, son 18 monotipos y seis dibujos, los cuales están a la venta.En entrevista con EL INFORMADOR, explica el artista que los monotipos son una impresión única en tórculo y que en su caso pinta con óleo encima de una placa y ésta se imprime en hoja de papel y sale una sola pieza, “que desde luego es única, no se repite, eso la hace más valiosa en términos monetarios, pero también como carácter único de la pieza”.Las imágenes de las piezas son una secuencia sobre alberca, “un tema visual interesante y atractivo donde varios personajes están en un escenario de entretenimiento, placer, diversión, sueño y olvido de sí mismos”.Para Daniel los conceptos de naturaleza, armonía y equilibrio, son representativos de su quehacer artístico. “Esta es una ficción de armonía, como sería el arte mismo, de armonizar con la naturaleza y con el mundo, pues como seres humanos en la realidad no podemos, pero en la ficción sí, y esto es lo que me interesa a mí como artista. Creo que una de las características de mi trabajo es ahondar en los orígenes y las profundidades del alma y la condición humana. Y desde luego una de las premisas es estar cerca o lejos de la naturaleza, ese dilema es propio de la humanidad”.Además, señala que al momento de crear este proyecto, le gustó la idea de establecer un espacio distinto al real en el sentido de la alberca, “porque una cosa es sumergirse como espectador a la obra de arte y otra cosa es como un vacacionista o una persona común que se sumerge a una alberca, acaba haciendo una inmersión en algo que es distinto. Entonces, yo estoy haciendo aquí un paralelismo entre la experiencia artística de sumergirte a la obra de arte, con la de los personajes que se sumergen en la alberca, que finalmente los mete a otro mundo, en una especie de espacio oceánico, acuoso o prenatal, porque el agua es eso, tiene continuidad a la cual penetras como ‘Alicia en el país de las maravillas’ y entras a otro mundo”.La muestra que se adaptó para Sala Silenciosa, ya se había visto anteriormente en Cuernavaca, Morelos, “y ahora (en este lugar) tiene un espacio más propio y justo para el tema, porque es muy luminoso y casi acuático, los colores aquí son azules”. Finalmente resalta Daniel que ahora se encuentra en temas personales que lo alejan del trabajo intensivo, pero espera que pronto se dé otro proyecto, probablemente en la Ciudad de México.El artista nació en la Ciudad de México en 1968. Se distinguió desde que era estudiante de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM. En 2001 ganó la Bienal Tamayo con “La niña muerta”, pieza que aborda el tema de los feminicidios en México. Ha participado en exposiciones individuales y colectivas como: “Grandes Maestros del Siglo XX”, en el Museo MARCO de Monterrey; “El Mito de Dos Volcanes”, en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México; “Imperivm”, en el Spinnerei de Leipzig, Alemania; “Imágenes de la Patria”, en el Museo Nacional de Arte y el Museo del Noreste. Además, formó parte de la Segunda Bienal de Beijing del Pabellón de México en la Exposición Universal de Milán.
