Christian Jiménez ostentará desde enero próximo el puesto de principal de sección en la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ). Intérprete del cello, su llegada al ensamble sinfónico sucedió hace poco más de dos años, como contó en entrevista: “Llegué por invitación para una temporada con la OFJ, en mayo de 2015. Estuve hasta junio, luego regresé a Venezuela. Había una gira en ese momento, a Corea del Sur. Estaba la oportunidad de formar parte de la orquesta. Entré a la audición, obtuve el cargo de principal asociado. Hace un mes hubo otra audición para ocupar el cargo de principal”.Originario de San Cristóbal (Venezuela), su formación musical comenzó desde muy temprana edad, al ser hijo de una familia de músicos: “Soy totalmente hijo del Sistema (Sistema Nacional de las Orquestas Juveniles e Infantiles). Mis padres salieron de allí, mi madre y mi padre fueron fundadores de la orquesta. Empecé con el violín a los siete años. Mi mamá, siendo violinista, fue sincera y me dijo que quizá no era lo mío. Luego seguí con el piano. Estuve entre clarinete, oboe, corno francés y el cello. Escuché un gran concierto de cello y lo elegí, a los nueve años. Tengo 25 años ya con el cello”.De la responsabilidad que conlleva ser el principal de la sección, agregó: “Es difícil, es como trabajar en una oficina donde somos uno de los jefes. No el total, que es el director. Sigue el concertino. El puesto se trata de conseguir las cualidades, sacar el mejor provecho de cada uno. Es un puesto muy atacado y criticado, a veces sin importar qué tan bien se haga. Desde que soy niño he estado en el primer atril. Tengo 20 años siendo el principal del cello”.Pequeñas grandes diferenciasDurante la charla, Christian Jiménez habla de las diferencias que nota entre la formación de músicos de su país con respecto a otras naciones. Inicia con el sentido práctico: “Es una de las bases, de entrada ya estar tocando. Otros países empiezan más con teoría”. Otra distinción que Jiménez advierte entre el modelo educativo del Sistema y otras réplicas que se han intentado es: “Algo que hacía mucho el maestro José Antonio Abreu: a cada concierto de la orquesta principal iban niños de los núcleos, a ver la orquesta de la que deseaban formar parte, y que muchos lo lograron. Eso no lo he visto aquí”. Sin embargo, Christian reconoce los esfuerzos que se hacen en México, aunque “hay muchas salas, hacen falta más orquestas en Jalisco”. En el tema de la educación, también imparte clases particulares: “Doy clases particulares. El ritmo que tienen aquí los jóvenes es un poco más pausado, a diferencia de lo que hacíamos en Venezuela: todo el día en el conservatorio, teniendo clases”.Sus estudios continuaron en el país sudamericano, pero la preparación sigue siendo cotidiana: “Comparo la música con la medicina, hay que estar estudiando todo el tiempo, porque podemos dejar de estar actualizados. Ensayamos tres horas, pero es desde que nos levantamos. Yo llego a las ocho de la mañana, me preparo. Como principal hay que tener todo listo en las arcadas, estilo, todo. Es un trabajo constante, no sólo son esas tres horas. Mucha gente no conoce esa parte”.En cuanto a las partituras que dan vida semana a semana con los programas de la OFJ, Christian comentó sus gustos: “Siempre hay preferencias en compositores y encuentros no siempre gratos. Pero es el trabajo y hay que hacerlo lo mejor posible. Afortunadamente tenemos muy buena programación, se hace muy a gusto”. Más allá de la música clásica que escucha por trabajo, entre las aficiones melómanas del cellista está el jazz, bossa nova y tango, “Tengo un bandoneón”, remató.El siguiente concierto de la Orquesta Filarmónica de Jalisco será la gala Esplendores de la ópera, este jueves 23 de noviembre (20:30 horas) y domingo 26 (18:00 horas). Con obras de Bizet, Puccini, Leoncavallo, Massenet, Tchaikovsky, Mascagni, Bellini y Reznicek.