El Ballet Folklórico de México celebra 70 años desde su fundación y rinde también homenaje a Amalia Hernández, coreógrafa y bailarina que difundió la diversidad cultural de nuestro país a través de las danzas más representativas; ahora, en el mes patrio la ciudad recibe a la emblemática compañía de baile folklórico tradicional más importante del país con un espectáculo colorido y con cuadros de diversos estados mexicanos, con una presentación doble en el Conjunto Santander de Artes Escénicas, los días 24 y 25 de septiembre próximos, a las 19:30 y 18:00 horas, respectivamente.En este sentido, Amalia Hernández fundó el Ballet Folklórico de México en 1952, y es reconocida a nivel internacional por su labor de difusión de la danza mexicana; ahora, en entrevista con EL INFORMADOR, Viviana Basanta, hija de Hernández y actual directora artística del Ballet Folklórico de México, destaca que “no se trata solamente de cumplir 70 años sino que son ininterrumpidos, nunca hemos dejado de dar funciones (incluso durante la pandemia)”. La directora artística del ballet indica que a lo largo de estas décadas “creo que cada función es distinta; aunque nos hayamos preparado de manera exhaustiva siempre hay algo nuevo que decir, una emoción distinta para expresar; ahora, pensando en Guadalajara es una ciudad siempre cercana a nuestro corazón a lo largo de estos 70 años”.Para Basanta, cada viaje representa “una preparación, pensar lo que se llevará, los telones, los bailarines de primer nivel, en fin, en cada sitio dejamos algo de nosotros y cada presentación significa la necesidad de haber ensayado para estar siempre listo, en la mejor condición posible para cumplir con el compromiso”.En cuanto a la selección de piezas para el programa, anota la coreógrafa que “tiene un poco de todas las épocas, se buscó que tuviera de los inicios, la segunda época, que se fuera integrando con números de danza que abarquen la trayectoria de 70 años. Se trata de funciones que son históricas para el ballet; como ‘Azteca’, que es del principio, que quisimos volver más energético y dinámico, pero sigue con la raíz prehispánica presente”.A este respecto, ese cuadro es evidencia de la preparación en que trabajaba Amalia Hernández, quien —dice su hija— “se echaba un clavado con antropólogos, etnógrafos, arqueólogos y ella copiando dibujos de códices para la elaboración de movimientos porque no había mucho más de dónde tomar información”.Todo ello es parte de un proceso que el público suele no ver, comenta Basanta, por eso Amalia Hernández “nos dejó un gran legado, porque también sus coreografías las fue actualizando en términos de música y dinámica”. Conscientes de que es “imposible abarcar todo el país”, el programa se centró en las etapas históricas del ballet, afirma la directora artística, “de acuerdo con los tiempos; ejemplo de esto es un cuadro de ‘Jalisco’ que, en los inicios se dedicaba a las navidades y, posteriormente, se quitaron unos sones para integrar otros, así quedaron ‘La Culebra’ o ‘La Negra’. Aquí se trató de mostrar una evolución de acuerdo con el tiempo y el cambio de dinámicas”.Es el trabajo ininterrumpido lo que ha permitido al Ballet Folklórico de México “evolucionar”, continúa Basanta, “y el propósito es generar cosas nuevas, para cada función que tengamos al frente. Para este 70 aniversario se ha invitado a diferentes grupos musicales (o de danza) a intervenir con nosotros. Una razón para estas actualizaciones es que sabemos que el público, cada vez, tiene distintas formas de atención, gracias a la tecnología sus expectativas visuales son otras ya, pero no hay que olvidar que tenemos un hilo conductor que nos guía a través del tiempo”. Hasta el momento, dice la artista que no han decidido si la coreografía de “Huapango”, con la música compuesta por el Jalisciense José Pablo Moncayo, se integrará al programa, “no sabemos todavía; lo que sucede es que lo que debe empacarse para traerla es mucho y, en ese número en específico, se hizo un popurrí con coreografías de mi madre, una especie de semblanza en la que cada coreografía dura poco y se va conformando un mosaico”.Basanta añade que a esos detalles se añade “un vestuario maravilloso para el cual se cuidaron los diseños. Todo esto es parte del trabajo, aunque sea cansado; y es que es bueno, sobre todo para los artistas, porque van adquiriendo cada vez un mayor dominio en lo que hacen y en la comunicación con el público”.La directora artística señala que después de las funciones en el Palacio de Bellas Artes y el Castillo de Chapultepec, en diciembre próximo será la primera vez que se presentarán en el Auditorio Nacional con un espectáculo de Navidad, a esto se suma que en marzo entrante estrenarán un programa con el Mariachi Vargas de Tecalitlán, que también desarrollará música nueva, “por lo que tenemos bastante por hacer”. CT
