Pinturas rupestres de entre 400 y mil años de antigüedad fueron sustraídas del sitio arqueológico conocido como La Cañada de la Lagartija, ubicado a 67 kilómetros de la cabecera municipal de Cuatro Ciénegas, en Coahuila.De acuerdo con medios locales, los presuntos ladrones utilizaron herramientas como taladros y esmeriles para poder desprender una pintura con una mano roja, que es uno de los principales atractivos para los turistas que visitan esa zona del país.En redes sociales, el cronista de Cuatro Ciénegas, Carlos Gutiérrez Recio, detalló que esa área es el blanco constante de saqueadores de patrimonio, quienes aprovechan la falta de seguridad y la ausencia del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).“De acuerdo con el reporte, se presume que los saqueadores son profesionales en este tipo de robos a la nación, para tal efecto utilizaron varios tipos de herramientas como esmeriles y taladros, substrayendo el dibujo de una mano colorada que era uno de los principales atractivos de los turistas ávidos del conocimiento ancestral indígena”, escribió Gutiérrez Recio en su cuenta de Facebook. El cronista de Cuatro Ciénegas también denunció que la zona fue protegida por un tiempo por el INAH, sin embargo, tras la reubicación del arqueólogo Yuri de la Rosa Gutiérrez a la zona lagunera, el área quedó abandonada.Los primeros reportes del robo fueron hechos por guías de turistas, quienes se sorprendieron al ver que la reconocida pintura de la mano roja había sido sustraída.En otra publicación, Carlos Gutiérrez Recio detalló que, desde 2023, el INAH levantó una denuncia por sustracción de pinturas, debido a una inspección que realizó el arqueólogo De la Rosa Gutiérrez, donde se percató “que la pérdida fue de valor incalculable”.“La Secretaría de Cultura federal y el INAH interpusieron la denuncia correspondiente ante la Fiscalía General de la República (FGR), contra quienes resulten responsables por el saqueo del sitio arqueológico con clave PACC07 del Registro Público de Sitios Arqueológicos del INAH”, escribió el cronista. CT