Marwan combina la música con la literatura, gracias a su vocación poética. Las letras de sus canciones lo expresan desde que debutó con su primer álbum, y lo confirmó cuando incursionó en el mundo de los libros.A la FIL regresa para presentar “Los amores imparables”, una colección de cuentos de la cual habló en entrevista: “Hay un poco de todo, lo llamaría poesía, prosa poética. Hay varias historias, siempre trato de que tengan una vena poética”.Cantautor y poeta, la intención de Marwan por crear sucedió cuando encontró en la buena poesía (la de los libros y la de las canciones) un espejo para la expresión de las emociones: “El verdadero descubrimiento de que escribir era algo que quería, poemas y canciones, fue hace 20 años. Fue en el año cuando Ismael Serrano sacó su primer disco. También empecé a leer a Benedetti. Fue sorprendente ver personas que expresaban los sentimientos que nunca había sabido explicar, esa maraña de sentimientos. Yo no tenía las herramientas, y de pronto encontré varias personas que expresaban todo lo que sentía de un modo muy fiel. La canción de autor (Serrat, Sabina, Drexler) y los poemas. Ni siquiera dije ‘quiero hacer esto’: fue una necesidad, una llamada. Fue un arrebatamiento”.Al igual que sus canciones, en sus poemas explora emociones comunes a todos, pero con su punto de vista, que conecta con la gente: “Me gusta hablar de cosas cotidianas, cosas que le pueden pasar a cualquier persona: pero tratar de poetizarlas. Una de las cosas que me dice la gente que ahora me sigue y me lee es que cuento sus historias, que estoy contando su vida: y les encanta el modo en que lo cuento”.Una diferencia entre su forma de explorar la poesía y la canción fue el método creativo y el tiempo que invirtió en dichos formatos: “La poesía siempre me costó más encontrar voz, escribir poemas que me emocionaran: con las canciones al año de empezar a componer ya había temas decentes, que ahora si los tocara no me sonrojaría. Me he tomado más en serio la música que los libros: la poesía era una herramienta catártica, para expresar las emociones”.Entre las historias que cuenta Marwan está el relato poetizado de cómo se conocieron sus padres: una española y un refugiado palestino: “En la actualidad, en este mundo occidental, no recordamos que hace 50 años éramos nosotros los que abandonábamos las tierras por la guerra civil, y nos acogían en otros países. Ahora resulta que hay muchas personas que vienen a España, Europa, y son rechazados: me parece bonito contar la historia de mi padre, un palestino que se enamora de una española. Es una historia que podría estar pasando ahora, pero parece que es difícil porque acogen a pocos refugiados”.Así como sus padres se conocieron por un gesto de amabilidad con un refugiado en apuros, para Marwan una solución al problema contemporáneo sería tener esos buenos gestos: “La gente piensa que es difícil, yo pienso que es súper sencillo: es falta de voluntad, tender la mano, abrir las fronteras para la gente que está sufriendo”.