Incursionar en el mundo editorial ha sido una experiencia grata para Alberto Stanley, mimo icónico de Guadalajara que busca llevar su legado más allá de los escenarios que lo han visto consagrarse en el teatro sin palabras.En su búsqueda por dignificar y exponer el valor que el llamado “payaso teatral” ha tenido en las artes escénicas a lo largo de la historia, Stanley decidió aventurarse a la letras a través de “El viaje del mimo”, publicación que regresa a los escaparates con una nueva edición respaldada por Editorial Ágata.Alberto Stanley, egresado de la Escuela de Bellas Artes de Jalisco, señala que este libro comenzó a forjarse en los años 90 al considerar que no existía una publicación que abordara los orígenes y personajes clave que dieron nacimiento y proyección mundial a la figura del mimo.“Me surge la inquietud de estructurar un libro que en toda Latinoamérica no existía, no había un libro que hablara específicamente del mimo, sus técnicas e historia. La historia no inicia con Marcel Marceau, el más grande artista del acto de la pantomima en el mimo, él sintetizó técnicas y formas de expresarse a través del teatro sin palabras con un estilo propio, pero la historia viene desde la antigua Grecia y de ahí hay saltos históricos”.El pasado viernes 23 de febrero, Alberto Stanley presentó “El viaje del mimo” ante un público que ha seguido las diversas etapas de su trabajo e incursiones especiales en otras disciplinas como la cocina, pues recientemente formó parte del talento gastronómico del concurso de cocina nacional “MasterChef 2018”, en donde figuró como uno de los representantes de la tradición culinaria de Jalisco.En “El viaje del mimo”, Alberto Stanley expone anécdotas sobre la historia universal de la pantomima, la relación que este arte tiene con otras vertientes, el clown, la poesía, el nacimiento de grandes compañías circenses internacionales y su impacto en México y el espíritu escénico, por ejemplo.“Para muchos, en especial los jóvenes, creen que el mimo no es necesario en el actor, que no es importante, pero si observamos en Guadalajara hay una gran efervescencia sobre el arte del circo, hay muchas agrupaciones y espectáculos. Compañías como Cirque du Soleil, desde sus primeros espectáculos, siempre hemos visto que el personaje principal es un payaso central que no habla, generalmente de una edad madura -de 50 o 60 años- son los que ya han pasado por muchas circunstancias y a esas edades ya tienen madurez y mucha fortaleza escénica”, dice Stanley.