Viernes, 22 de Noviembre 2024

Adriana Dorantes, alquimista del arte y la pedagogía

La creadora comparte el momento que la llevó a emprender un camino dedicado a la escultura y la cerámica

Por: Norma Gutiérrez

Adriana Dorantes ha influido en el camino del arte de muchas personas. ESPECIAL

Adriana Dorantes ha influido en el camino del arte de muchas personas. ESPECIAL

Una tarde en el bosque Colomos significaría un cambio radical para Adriana Dorantes, quien al caminar vio cómo un grupo de personas estaban inmersos en la creación artística, sin imaginar que ese encuentro inesperado la llevaría a decidirse y emprender un camino dedicado a la escultura y la cerámica, transformándose no solo en una artista que apuesta por sus propias obras, sino también a ser una maestra capaz de detonar en otros esa pasión, con la oportunidad también de seguir impulsando su otra faceta como pedagoga.

“La vida me ha ido llevando, yo tenía esa inquietud interna con la escultura. Llegué después de una carrera en pedagogía y trabajé en el área de educación especial durante muchos años, la verdad es que eso me llenaba, pero siempre estaba esa inquietud que me llamaba a la tercera dimensión, que tiene que ver mucho con mi infancia”.

Con dos décadas de trayectoria, Adriana se remonta a eso momentos de niña de jugar con la tierra, con el lodo, a crear personajes que, al paso de los años, se materializaron mediante la escultura, es por ello que cuando sintió ese llamado al arte no dudó ni un segundo en entregarse a la vocación creativa que fue encaminándose con maestras como Sandra Carvajal.

“El primer material que trabajé fue el barro y así la vida me fue llevando. Después empecé a estudiar en la Casa de la Cultura en el Centro Cultural Colomos, yo pasaba caminando acompañada de mi hija y los veía trabajando los bustos, se me hacía agua a la boca, yo ya había trabajado con Sandra Carvajal y después llegué con Ismael Olivares, un gran escultor”, apunta Adriana Dorantes al señalar el reto que también fue compaginar su interés artístico siendo madre de familia.

“Así fui exponiendo y llegué con Tony Guerra y con ella me estacioné durante 12 años, empecé a exponer más, a buscar, a tocar puertas. Ha sido un camino bellísimo y súper generoso, porque también lo he combinado con la pedagogía”.

La artista confiesa trabajar por series, madurando una idea y proponer exactamente lo que busca transmitir con sus creaciones. ESPECIAL

Dispuesta a la enseñanza

Adriana Dorantes no solo comenzó proyectar su carrera siendo aprendiz de los grandes maestros artesanos, pues mientras su mente se abría a técnicas y materiales, formas y texturas, también fungía como maestra en diversos rubros que fueron hermanando su pasión por la escultura y la pedagogía, al recordar que durante 15 años brindó talleres tanto a niños como a adultos en recuperación de adicciones, a la par de ir formulando otros cursos a los que por igual han llegado quienes buscan al arte como una terapia, por recomendación, por seguir aprendiendo y hasta con demás artistas consagrados.

“Para mí también es una necesidad, compartir, es adentrarme a lo social, porque quienes nos dedicamos al arte generalmente estamos inmersos en nuestros espacios. Esto es una manera de hacer comunidad y con la cerámica se trabaja muy lindo tanto en soledad como en compañía”, destaca Adriana al recordar cómo su aprendizaje se ha nutrido de exponentes como Fernando Jimón para barro bruñido, Pablo Pajarito con barro canelo, Eleuterio Ortega con barro betus y Pablo Mateos con barro negro esgrafiado, por ejemplo.

Entre sus últimas experiencias como alumna, Adriana Dorantes resalta el encuentro que tuvo con la artista Tip Toland, en la Escuela Nacional de Cerámica, en donde ese taller la animó a plantear nuevos retos.

“Fue reformularme muchas cosas, hacia dónde va la escultura en mi vida. Tengo esas dos voces, una que se va al lenguaje muy cerámico y otra va por el lenguaje escultórico. Creo que haces comunidad con esos cursos, aprender otras técnicas, siento que tengo el compromiso, no solo conmigo, sino para mis alumnos, de ofrecer algo más”, añade al puntualizar que también se ha dado a la tarea de vincular a más personas con otros artistas como recientemente lo hizo con Rabi Montoya para impartir cursos en Guadalajara.

Aunque la inquietud por llevar sus talleres a una escuela propia ha estado presente, Adriana Dorantes señala estar satisfecha con las dinámicas y formatos para sus procesos de trabajo individual y sus cursos, resaltando y priorizando la oportunidad de seguir poniendo en marcha sus proyectos que la han llevado a trabajar con bronce, acero, barro y cerámica.

“Siempre digo que esto ha sido muy generoso, tanto en colegas, artistas, maestros, la misma voz de la escultura y la cerámica, a la que me he acercado más porque me gusta ser testigo de mis propios procesos, de alguna manera voy por mi materia prima a Tonalá, preparo mis pastas, torneo mis piezas, hago mis esmaltes, es un proceso más completo, la pieza siempre está conmigo, soy testigo de cada movimiento de la arcilla, es el encanto, por eso me gusta compartirlo”.

Un nuevo espacio

Tras 14 años de emprender su taller, Adriana Dorantes aprovechó la oportunidad de mudarse de casa y generar un nuevo espacio de trabajo, proceso que no solo implicó acondicionar nuevamente, pues también sirvió para replantear los objetivos de esta área, retomar sus cursos al público y hacer una retrospectiva de su trayectoria.

“Fue creciendo y llegó el momento de mudarme, pero fueron 14 años. El moverme ha sido de alguna manera otro proceso largo en mi vida, me llevó meses. Me replanté muchas cosas, entre estas, ver ahora cómo funcionamos con talleres muy establecidos apegándonos mucho a las técnicas”.

La artista señala que este cambio ha sido particular, resaltando el proceso que también experimentó al estar frente a frente con toda su obra y seleccionar aquellas más significativas de sus diferentes etapas creativas, técnicas e intereses, y así abrir nuevos espacios para apostar por nuevos proyectos que tiene en mente.

“Tuve que soltar muchas piezas, hacer una curaduría, ser dura conmigo, porque en mi antiguo taller ya no cabía todo”, comenta con humor al referir que las obras que ahora la acompañan en su nuevo espacio de trabajo son por mucho las piezas que más representan su identidad y vocación artística.

“Con este cambio pienso trabajar más enfocada cuidando mucho esa limpieza, de no llenarme de piezas, aunque cada una siempre será un ejercicio. Siempre trabajo por series, siempre hay un tema rondándome, en el desarrollo se van madurando y tomando una forma más propositiva y acercada a lo que estoy buscando. Quiero retomar algunos proyectos que ya nacieron, pero que siento que faltan, uno es enfocado en el maíz, que ha sido un gozo trabajarlo, pero quiero meterme más, aunque ya lo he extendido a la escultura, instalación, utilitario, ha sido un abanico de posibilidades, pero quiero retomarlo”.

La artista comparte que su creatividad la lleva en la sangre, desde niña, cuando solía crear personajes con lodo y hoy en día son esculturas. ESPECIAL

EL DATO

Proyectos clave

La trayectoria de Adriana Dorantes la ha llevado explorar diversos formatos y técnicas desde lo monumental con obras como “Diana Cazadora”, en Guadalajara; “Árbol de la vida”, en El Salto; “Hendidura Urbana”, en Cancún, y la serie “Desdobles”, en Puerto Vallarta, por ejemplo.

Su trabajo ha sido expuesto en la Galería de Arte de Oaxaca y el Museo de Arte Contemporáneo de Yucatán MACAY, por ejemplo, además de ser galardonada en diversas plataformas como el Premio Nacional de la Cerámica (tercer lugar en cerámica contemporánea) y el Premio San Pedro Tlaquepaque, entre otros.

TOMA NOTA

Agéndalo

Adriana Dorantes activará nuevamente sus cursos, iniciando el 30 de agosto con el taller de cerámica “Cuencos y vasijas”, en el que los participantes, durante ocho sesiones, transitarán desde los cuencos y esmaltes orientales, diferentes formas de armar a mano cuencos, vasijas, aprender sobre su significado, color: “Quiero que inicien desde la formulación, cómo hacer las arcillas y hasta el resultado final del esmalte, los colores tradicionales orientales”.

El otro curso que comenzará el 31 de agosto está enfocado a la escultura, que también brindará todos los detalles y ejercicios necesarios para aprender a formular la arcilla y así avanzar hasta el resultado de crear un busto con la técnica de placas.

Consulta más información y costos al teléfono 33-3952-4465 y en las redes sociales de la artista en Facebook: Escultora Adriana Dorantes e Instagram: @_adrianadorantes_.
 

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