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¡Viejos son los... estresados! Nuevo estudio revela que el estrés nos envejece

Cada vez hay más pruebas de que la edad cronológica no siempre coincide con la edad biológica, y de que enfermedades, estilos de vida o exposiciones ambientales la afectan

Atravesar situaciones estresantes acelera la edad biológica, según un estudio publicado el viernes en la revista Cell Metabolism.

Tradicionalmente se ha creído que la edad biológica de los organismos aumenta de forma constante a lo largo de la vida, pero ahora está claro que no está vinculada de forma indeleble a la edad cronológica.

Los individuos pueden ser biológicamente mayores o menores de lo que implica su edad cronológica, y cada vez hay más pruebas en modelos animales y humanos de que la edad biológica puede verse influida por enfermedades, tratamientos farmacológicos, cambios en el estilo de vida o exposiciones ambientales.

"Este hallazgo de una edad fluida, fluctuante y maleable pone en tela de juicio la antigua concepción de una trayectoria ascendente unidireccional de la edad biológica a lo largo de la vida", afirmó uno de los autores de la investigación James White, de la Universidad de Duke.

La nueva investigación, llevada a cabo en humanos y en ratones, reveló que tener que operarnos de urgencia, sufrir covid-19 grave o incluso atravesar un embarazo hacen que envejezcamos más rápido, aunque el efecto se revierte cuando la situación se ha superado.

Estos cambios se producen en periodos de tiempo relativamente cortos, de días o meses, según comprobó el equipo coordinado por las universidades de Harvard y Duke.

Estudios anteriores ya habían apuntado la posibilidad de fluctuaciones a corto plazo en la edad biológica, pero hasta ahora no se habían estudiado si esos cambios eran reversibles y los factores desencadenantes.

Factores estresantes

Los resultados revelaron que “la edad biológica puede aumentar durante periodos de tiempo relativamente cortos en respuesta al estrés, pero este aumento es transitorio y tiende a volver a la línea de base tras la recuperación del estrés”, señala la revista especializada.

El equipo observó que en humanos y en ratones se producían cambios transitorios durante, por ejemplo, una cirugía mayor, el embarazo o padecer una forma grave de covid-19.

En el caso de una intervención quirúrgica de urgencia, los pacientes experimentaron un fuerte y rápido aumento de la edad biológica, pero en los días posteriores este proceso se revirtió y la edad se restableció a los valores basales.

Del mismo modo, las mujeres embarazadas experimentaron una recuperación posparto de la edad biológica a ritmos y magnitudes variables; mientras que un fármaco inmunosupresor llamado tocilizumab mejoró la recuperación de la edad biológica de los pacientes convalecientes de covid-19.

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Relojes para medir la vejez

Los investigadores usaron relojes epigenéticos, que son análisis moleculares que cuantifican con bastante precisión el envejecimiento, para evaluar la "metilación del ADN", que es una reacción química del cuerpo por la que se van uniendo pequeñas moléculas de metilio al ADN, lo que pude cambiar la forma en que los genes se activan o no.

Los relojes usados fueron creados a partir de la observación de que los niveles de metilación de diversos lugares del genoma cambian de forma predecible a lo largo de la edad cronológica.

Con esta técnica, los investigadores midieron los cambios en la edad biológica de humanos y ratones en respuesta a diversos estímulos estresantes.

Aunque el estudio pone de relieve un aspecto hasta ahora poco apreciado de la naturaleza del envejecimiento biológico, fue limitada la capacidad para sondear las conexiones entre las fluctuaciones a corto plazo de la edad biológica y las trayectorias de envejecimiento biológico a lo largo de la vida.

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