Destacan el cuidado de la salud mental para evitar trastornos del sueño y alimenticios
La emergencia sanitaria por la COVID-19 incrementó los casos de ansiedad y depresión en México, señalan especialistas
Los patrones sociológicos generados por el confinamiento derivado de la pandemia de COVID-19 han marcado el crecimiento de los Trastornos Dismórficos Corporales (TDC) y los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), así como los Trastornos del Sueño (TS), señalan especialistas.
En el marco del Día Mundial de la Salud Mental la especialista en psicología, Mariana Martínez Guillén, fundadora y directora de la Clínica Tu Mente Sana, explicó que la emergencia sanitaria impactó en la socialización y vinculación entre pares, elevado los niveles de ansiedad por la falta de aislamiento y la falta de contacto.
“En este regreso luego del aislamiento, es muy importante trabajar en la resiliencia para superar las circunstancias de la pandemia y fomentar el autocuidado para adaptarnos a la nueva normalidad. El retorno a las rutinas anteriores es de gran beneficio para la salud mental”, afirmó Martínez Guillen.
Por su parte, la Coordinadora de Nutrición de Bodylogic, Karen Cecilia Picazo Huerta, detalló que los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son enfermedades complejas que afectan principalmente a mujeres adolescentes y jóvenes; los TCA se caracterizan por una excesiva preocupación por el peso, la figura y la alimentación, y van acompañados de prácticas inadecuadas para el control de los mismos.
“El confinamiento y el exceso de información falsa, así como la alta exposición a contenido mediático a través de las redes sociales, son algunos de factores que contribuyen al aumento de los trastornos alimenticios, mismos que tienen una de las tasas de mortalidad más altas en todos los problemas de salud mental", enfatizó Picazo Huerta, quien es licenciada en Nutrición por la Universidad del Valle de Atemajac (UNIVA).
En ese contexto, la especialista, Karen Picazo, detalló que en los Trastornos Dismórficos Corporales (TDC), el individuo tiene una imagen distorsionada de su propio cuerpo y muestra una preocupación exagerada por cualquier desviación del mismo respecto de su ideal estético. En el caso de los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), la persona coloca la comida como eje central en su vida y presenta una ansiedad y preocupación excesivas por el peso corporal, el aspecto físico o las características cualitativas y cuantitativas de los alimentos que ingiere.
La ortorexia es la obsesión patológica e irracional por comer sano y por la calidad de los alimentos, convirtiéndose así en la principal preocupación de la persona que la padece o incluso, en el objetivo de su vida. En la fatorexia las personas que padecen este trastorno se ven delgadas, pero en realidad su peso es mucho mayor del peso que les correspondería su Índice de Masa Corporal (IMC); niegan y disocian la realidad de su cuerpo.
Finalmente, el Gerente Médico de Psiquiatría y Sistema Nervioso Central (SNC) en Grupo PiSA, doctor Rodrigo Natalio Durán Muñiz, comentó que la depresión y la ansiedad pueden generar problemas graves de conducta que impactan en la calidad de sueño. Hay más de 70 diferentes tipos de Trastornos del Sueño (TS), el insomnio es el síntoma que se presenta con mayor prevalencia.
“El aislamiento por el coronavirus y la posibilidad de contraerlo afecta en la conducta generando depresión y ansiedad. Hay que reconocer e identificar cambios conductuales de manera oportuna. En caso de requerirse un tratamiento farmacológico, éste debe ser prescrito por un especialista quien debe evaluar continuamente la evolución en cada paciente”, enfatizó Durán Muñiz, quien además es especialista en Trastornos del Sueño por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), reportó que la emergencia sanitaria por la pandemia, generó el incremento de casos de ansiedad y depresión en México y otros países miembros del organismo. En 2020, la prevalencia de los casos de ansiedad tuvo un incremento del 50%, mientras que en 2019 fue de 15%. En el caso de la depresión, en el año 2020 hubo un incremento de 27.6% con respecto al 3% del año 2019.
JM