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Dos cepas de COVID-19 reducen la efectividad de las vacunas de Pfizer y Moderna

Señalan que las variantes B.1.427 y B.1.429 forman parte de los linajes clasificados como variantes de preocupación emergentes

Un nuevo estudio sugirió que dos tipos de variantes del SARS-CoV-2, identificadas en California, Estados Unidos (EU), son resistentes a los efectos inmunizantes de las vacunas de Pfizer y Moderna, disminuyendo tres veces su eficacia, pues estos linajes presentan más de una mutación en la proteína de pico, una de las partes que el virus utiliza para infectar a las células humanas, lo que implica un obstáculo más en la lucha por combatir al COVID-19.

A principios de marzo de este año, un grupo de investigadores estadounidenses detectaron la presencia de distintas variantes del nuevo coronavirus que circulaban en distintas zonas del país. Sin embargo, la escasez de datos no dejaba claro que tan potencialmente peligrosas podían llegar a ser y la amenazan que representaban.

Jeremy Kamil, virólogo del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad Estatal de Luisiana, describió este escenario como "un salvaje oeste", ya que la letalidad de estas mutaciones no era clara, por lo que expresó que "cada variante es una variante preocupante hasta que se demuestre lo contrario".

En la actualidad, científicos de la Universidad de Washington en Seattle ya han señalado que las variantes B.1.427 y B.1.429 forman parte de los linajes clasificados como variantes de preocupación emergentes (VOC).

Estas variantes han sido localizadas en al menos 30 países y en la mayoría de estados de Estados Unidos, representado más del 50% de los casos registrados en California.

Esta no fue la única información notificada por David Veesler, autor principal del estudio publicado en "bioRxiv". El bioquímico francés expresó que, mediante la realización de pruebas de laboratorio, reconocieron que "los anticuerpos neutralizantes generados por personas que habían recibido dos dosis de la vacuna Pfizer o Moderna eran, en promedio, tres veces menos potentes" contra estas variantes.

Esto hace que las variantes sean inmunes a las vacunas Pfizer y Moderna.

De acuerdo con el experto en biología estructural, los anticuerpos neutralizantes (ABs), después de la infección del COVID-19 o producidos por las vacunas anteriormente mencionadas, se redujeron de tres a seis veces frente a las variantes B.1.427 y B.1.429.

Esto se debe a que la mutación RBD L452R, presente en ambas variantes, en la proteína de pico (S) del SARS-CoV-2 tiene la capacidad de reducir la actividad neutralizante de entre 14 a 35 anticuerpos monoclonales (mAb), uno de los más efectivos para combatir los efectos del nuevo coronavius.

Cabe destacar que la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) aprobó el uso de los mAb como tratamiento alternativo, de leve a moderado, en pacientes adultos afectados por los efectos del nuevo coronavirus, en noviembre del año pasado.

"Su participación en la evasión inmune muestra que los Abs imponen una presión de selección que impulsa la evolución viral del SARS-CoV-2", declaró Veesler y mencionó que estos descubrimientos justifican la ejecución de más investigaciones en torno a ambas variantes y su participación en la evasión inmune.

JM

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