La amígdala cerebral es clave en la enfermedad de Alzheimer
Un estudio detallado de las proteínas en esta zona del cerebro brinda nuevos indicios para combatirla, aseguran sus autores
La amígdala del cerebro humano es una región clave en el progreso del Alzheimer, lo que podría abrir un nuevo camino a terapias para combatir esta enfermedad neurodegenerativa que representa casi el 70 por ciento de los casos de desmencia en el mundo, reveló un nuevo estudio.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 50 millones de personas padecen demencia en el planeta.
Para el desarrollo de la nueva investigación, un equipo del grupo de Neuroplasticidad y Neurodegeneración de la Universidad española de Castilla-La Mancha (UCLM) analizó tejido cerebral humano de 36 donantes procedente de la Red Nacional de Biobancos, de los cuales algunos sufrían enfermedad de Alzheimer y otros no.
El estudio se centró en la amígdala, región que recibe ese nombre por su forma de almendra y que es muy importante en el funcionamiento del cerebro, ya que está altamente conectada con las funciones conscientes que procesa fundamentalmente la corteza y las respuestas autónomas, y es primordial en el control de las emociones.
La investigación, publicada en la revista Brain Pathology, halló una importante pérdida de volumen de la amígdala cerebral en el grupo de pacientes con Alzhéimer.
Pero esa reducción no estaba relacionada con la pérdida de neuronas, a pesar de la gran cantidad de depósitos de marcadores patológicos, indicaron los autores.
Por el contrario, se detectó un aumento importante de las células gliales o glías del sistema nervioso, asociadas a la inflamación de la región de la amígdala.
Este trabajo es uno de los primeros análisis proteómicos -es decir de las proteínas a gran escala- acerca de la relevancia de la amígdala humana en la enfermedad de Alzheimer, y permitió identificar más de 2 mil proteínas, algunas de las cuales constituyen potenciales biomarcadores de la enfermedad que ayudarán a su diagnóstico y tratamiento.
Los resultados son de gran relevancia por el número de pacientes afectados y porque amplían las posibilidades de atención para la detección de una enfermedad que se caracteriza por la acumulación de proteínas patológicas en distintas regiones cerebrales y que tiene entre sus síntomas más característicos la pérdida de memoria.
No obstante, el depósito de proteínas tiene lugar décadas antes de que esa sintomatología sea detectable, de ahí la necesidad de un diagnóstico temprano de la enfermedad y de la importancia de estudios como este desarrollado por la UCLM.