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Tlaxco, intensidad y color

Las grandes haciendas, el pasado pulquero y el presente turístico enmarcan un espacio de enorme belleza en el Estado de Tlaxcala

Domingo por la mañana. Todos los caminos de la vida son posibles en esos momentos. A la distancia, el canturreo de las aves poco a poco va pintando de colores el ambiente. Los rayos del Sol se desbordan a través de los cerros milenarios e intensifican el brillante amarillo en la fachada de la Capilla del Calvario. Cerca, el aroma de un buen café de olla llega directo al corazón. Todo lo anterior puede parecer sacado de un sueño o mero invento, pero es lo que se vive, un fin de semana tras otro, en Tlaxco, espacio de Tlaxcala. 

De belleza sublime y movimientos apacibles, Tlaxco se encuentra al Norte de la Entidad tlaxcalteca, una región que en siglos pasados (particularmente a finales del XIX y principios del XX) vivió un esplendor económico gracias a su vigorosa industria pulquera. ¡La bebida de los dioses siempre presente en nuestra historia! En aquellos años, sus haciendas producían miles de litros, que eran transportados en barriles hasta la siempre sedienta Ciudad de México. 

El paso de los años y el cambio de los gustos fue medrando de a poquito la potencia económica de la región, hasta que quedó ensombrecida casi por completo. Pero aún hay algo de luz. Aún hay mucho por descubrir.

De aquella bonanza quedan las haciendas, como las de Tepetzala y San Buenaventura, que todavía se yerguen orgullosas y conservan su bella arquitectura. O la de Xochuca, donde aún se lleva a cabo la extracción y fermentación del pulque (la sed, esa sí, no ha pasado de moda). Allí está también la ex Hacienda de Xalostoc, que fuera una de las más ricas de la región y ahora está diponible en renta para eventos e incluso hospedaje.

El Centro Histórico de Tlaxco invita a ser recorrido a pie. ¿Para qué usar automóvil si se desea descubrir el mundo? Si eres madrugador y llegas temprano, vale la pena que visites su plaza principal, camines alrededor de su kiosko y te compres una suculenta nieve de limón, que con este calor adquiere sabores celestiales.

Para atacar el apetito, en el mismo Centro de la ciudad encontrarás varios restaurantes para decirle “adiós” al hambre. Entre los más recomendados por los viajeros se encuentra La casona de Don Agustín (calle Plaza Principal #7), que ofrece a los hambrientos su exquisita comida típica tlaxcalteca y con sazón casera. Los chilaquiles verdes por la mañana o el chicharrón en salsa roja ya por la tarde son unos imperdibles, siempre acompañados por un buen jugo o una fabulosa taza con el café de la región.

Otra virtud que tiene visitar Tlaxco los domingos es que es el día en que se sirve la barbacoa de hoyo (se prepara todo el sábado). 

Tesoros y regalos

Ya bien comidos, podemos caminar con más enjundia por el pueblo. Todo paseo nos llevará de forma inexorable a sus construcciones más llamativas: La Parroquia de San Agustín (del siglo XVII) y las capillas del Calvario y de Lourdes (ambas del siglo XIX). La viveza de sus colores exteriores es una excelente carta de presentación para la riqueza de detalles que encontrarás en el interior, incluyendo retablos del siglo XVIII laminados en oro y tallados en fina madera.

Es verdad que los mejores recuerdos de todo viaje los traemos en la mente, pero en esta ocasión, vale la pena que hagamos un alto en la tienda de Quesos Artesanales Tlaxco (sobre la calle Francisco I. Madero).  Como su nombre lo indica, lo suyo son los quesos, aunque también podrás deleitarte con una rica selección de vinos, conservas, dulces, natas y otras delicias perfectas para regalar o ir disfrutando en el camino de regreso.

Para aquellos con alma aventurera, en las cercanías de Tlaxco hay varios espacios naturales de belleza espectacular. El más notorio es Peña del Rosario, formación rocosa que se levanta 3 mil 418 metros sobre el nivel del mar y que ofrece una vista fastuosa del horizonte. Recuerda llevar ropa cómoda. Cerca del pueblo se encuentran también las cavernas de La Parada y la Gloria, que tienen como elemento especial el contar con pinturas rupestres, cuya antigüedad se ha estimado en más de 10 mil años.

Los tips

  • Desde la Ciudad de México, toma la salida a Puebla (carretera 150D) y luego la desviación a la capital de Tlaxcala. Ya en ese camino, sigue las indicaciones con rumbo al Norte para llegar a Tlaxco.
  • El clima es extremo. En esta temporada de calores hace un “señor Sol” que te puede dejar seco fácilmente, por lo que vale la pena que vayas con ropa ligera y no olvides tomar agua. 
  • En las cercanías del Pueblo Mágico es posible acampar y practicar turismo cinegético. 
  • “La reliquia” es el nombre del bar más popular del pueblo. Si ya estás aquí, es indispensable que pruebes su mayor riqueza: ¡El pulque! Se encuentra en la calle Máximo Rojas #7.
     

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