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Tecpatán, la última frontera de los sueños

Chiapas presume una de las localidades más encantadoras que podrán disfrutar todos aquellos viajeros de corazón

Este viaje comienza con un pequeño ejercicio visual. Es lanzar una mirada a la distancia, entre el verde de la selva más intenso que puedas imaginar, con los cerros y las montañas por momentos abigarradas en el horizonte. Allí, donde los ojos apenas alcanzan a distinguir un puntito blanco perdido entre tanto color. Esa manchita alba, conforme nos aproximamos se va volviendo más grande, majestuosa y llena de vida. Es Tecpatán que se muestra ante nosotros.

Dentro de los múltiples atractivos que tiene Chiapas en su baraja turística, uno de los menos conocidos -pero más apreciados por los viajeros- es Tecpatán, poblado de dimensiones modestas hoy, pero cuya historia se remonta a tiempos precolombinos, siempre brillante y con algo por contarle a quienes buscan un rincón orgulloso de sus viejas glorias y listo para labrar nuevos senderos.

Tecpatán tiene una fama ganada por su bella y bien conservada arquitectura virreinal. Su templo y ex convento dominico -este último hoy en ruinas-, son magníficos ejemplos del poder de la fe y el sincretismo que se experimentó en esta región de México. Los habitantes de esta pequeña urbe celebran con orgullo la fiesta a Santo Domingo de Guzmán (1-5 de agosto) y a la Virgen de Guadalupe (12 de diciembre).

Pero la belleza de esta población no se encuentra recluida en su gigantesca arquitectura, ya que también se percibe en menores escalas gracias a sus artesanías elaboradas en jícaras o tazones esgrafiados, donde sus artesanos representan paisajes, animales y plantas de la cosmovisión zoque, como lo señala la página de internet www.todochiapas.mx.

Es tentador creer que el entorno de Tecpatán ha permanecido inalterable durante cientos de años, pero hay algunos elementos que han transformado de manera profunda el paisaje de la región, siendo el más grande la presa hidroeléctrica Nezahualcóyotl (también conocida como de Malpaso), construida en 1968 y que significó la inundación de la mitad del territorio.

La presa ofrece vistas espectaculares, y cuando su nivel lo permite, es posible admirar las ruinas del Ex Convento de Santiago, que quedó bajo sus aguas. La escena que ofrece no le pide nada a una sacada de alguna película de Hollywood, y al mismo tiempo regala atardeceres donde el cielo se pinta de matices colorados y violáceos. Sencillamente sublime.

Intensidad de sabores

No hacemos un viaje tan largo para terminar yendo por unas papas o una pizza a la tiendita, ¿cierto? A donde fueres, debes probar lo típico, y las posibilidades en Chiapas se antojan infinitas.

La gastronomía de esta ciudad es un buen ejemplo de la riqueza que tiene el Sur de México para colocar sobre la mesa. La comida tradicional es la Zhata (frijol con plátano), tamal de arroz con mole, tazajo con arroz, hueso asado de res y consomé de caracol. Todo lo anterior, nada más para ir abriendo apetito y perfecto para ser disfrutado en el mercado principal del pueblo.

Para la bebida no está de más disfrutar del tradicional atole, el pinol o el clásico e infaltable pozol de cacao.

Este viaje termina con un deleite a todos los sentidos. Rodeado por una ciudad cuya historia se remonta a la época prehispánica y que hoy sigue escribiendo renglones de oro. Rodeada por el verde de la selva más intenso que puedas imaginar, con los cerros y las montañas por momentos abigarradas en el horizonte. Es la experiencia de Tecpatán, la última frontera de los sueños.

Lo básico

Tecpatán se encuentra a 90 kilómetros de Tuxtla Gutiérrez, partiendo desde la carretera estatal Chicoasén, que te lleva hasta esta bella localidad. Las mejores horas para visitar este encantador pueblo es de 10:00 a 17:00 horas.

Para tomar en cuenta

  • Lleva ropa cómoda y calzado para caminar largas distancias, porque este es un pueblo que se disfruta a pie y con calma.
  • Muchos de los negocios del lugar no aceptan tarjeta de crédito, por lo que es importante que lleves dinero en efectivo.
  • Si planeas una próxima visita, la mejor fecha será en abril, cuando se realiza la feria de San Marcos,  donde se celebran charreadas, venta de artesanía zoque y el tradicional certamen de la señorita Tecpatán. 

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