San Gimignano, Joya Toscana
Vino, arquitectura y tranquilidad son parte de la oferta que tiene para los viajeros este bello rincón de Italia
Un atardecer en San Gimignano no se parece a ningún otro. Porque no hay otro lugar donde el cielo adquiera esa capa en color ambar para encantarte, mientras tus oídos se pierden en la suave cacofonía de la Toscana, Italiana. Porque solamente aquí te sentirás como si el tiempo se hubiera detenido en lo absoluto, justo en ese momento donde lo Medieval pasa a ser moderno. Porque este es un pedazo del Paraíso terrenal.
En lo alto de las colinas de la Toscana, detrás de sus murallas medievales, San Gimignano saluda a los viajeros con su sorprendente Centro Histórico, nombrado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1990. La ciudad se encuentra a 39 kilómetros de Siena y 52 desde Florencia, aunque es común que muchos visitantes lleguen vía Milán. Los aeropuertos más cercanos son los de Pisa y Florencia, aunque no descartes la idea de llegar vía autobús.
La metrópoli, fundada por los etruscos en el siglo III, ganó fama en el medievo por su muralla y las gigantescas torres que permitían la defensa y vigilancia de la ciudad. En ese entonces tenía 72, de las que hoy permanecen en pie 13. También se engalanaba con el paso de los peregrinos, especialmente franceses, en su camino a Roma, quienes contribuyeron a incrementar su economía, que quedó reflejada en sus suntuosos palacios y edificios públicos.
Pero la ciudad también conoció momentos oscuros. Fue asolada por la Peste Negra en 1348 con tanta fuerza, que murieron 2/3 partes de sus habitantes. La brutal despoblación y pérdida de influencia económica explica que desde entonces hasta hoy San Gimigniano haya quedado “congelada” en el tiempo.
Esta pequeña urbe es una de las más visitadas de la Toscana, por lo que no es extraño encontrarla como parte de los recorridos turísticos de aquellos que se aventuran en Italia. Eso sí, para aquellos que planean visitarla es mejor llegar temprano, pues la ciudad se recorre mucho más cómodamente con la luz del Sol y sin prisas. Por la noche, las luces resaltan su belleza antiquísima.
Pero, ¿qué es lo que podemos ver? El Centro de la ciudad, con su plaza principal y museo arqueológico, así como la pinacoteca y la Torre Grossa, todas perfectas para ser disfrutadas.
Ah, pero visitar a Italia e irse sin disfrutar de un buen vino es como no haber ido, y la Toscana es una región famosa por su excelente producción de blancos. Prueba Vernaccia di San Gimignano, cuyo prestigio entre los amantes de las bebidas espirituosas es centenario.
Hay varios momentos en el año donde vale la pena darse una vuelta por esta bella urbe. La Ferie delle Messi, una recreación medieval donde los comercios ofrecen mercancías tradicionales y hay encuentros gastronómicos, se celebra en junio. Las fiestas patronales a San Agustín son en agosto, mientras que las Fiesta de la Madonna Pancole se celebra en septiembre.
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