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Nutrición a la medida

El interés por tener una figura perfecta entraña varios desafíos, como lo apunta un especialista 

Bajar de peso y mejorar los hábitos alimenticios es uno de los propósitos más comunes al inicio de cada año. Sí, durante 12 meses pensamos en cuál es el momento oportuno para decirle adiós a los alimentos que nos causan obesidad, inscribirnos por fin en el gimnasio o lograr la meta del “cuerpo perfecto” que tanto anhelamos.

Sin embargo, antes de adentrarnos por completo en un plan alimenticio o en rutinas físicas que hemos visto que a otras personas les han funcionado a la perfección, para el doctor, Jesús Octavio Díaz, médico cirujano y con máster en nutrición y medicina estética y antienvejecimiento (de la Clínica Renovare), es importante conocer realmente las condiciones actuales de nuestro cuerpo y sus reacciones ante diferentes alimentos, así como otros factores de nuestra vida diaria, como la dinámica laboral, familiar y social que tenemos.

“Hemos visto la tendencia de basarse en lo que se comparte en internet y redes sociales. Muchos pacientes entran en el conflicto de seguir a ‘influencers’ y llegan a la consulta con dudas y confusión. Ahora se lanzan cientos de retos y campañas, pero van dirigidos con una intención de mercadotecnia, y muchos pacientes los buscan como un reto y se guían por la motivación, que es bueno, pero también fracasan hasta en 30 a 50% de quienes lo intentan, porque quizás al principio  logran su meta, pero después no mantienen ese hábito”.

Un plan para cada cuerpo

El especialista puntualiza que en los últimos años han surgido tendencias alimenticias que lejos de ayudar por completo a bajar de peso o mejorar nuestra alimentación, solo nos encaminan a un declive nutritivo de consideración si es que no tomamos en cuenta cómo nuestro cuerpo funciona antes de llevarlo a situaciones desgastantes que pueden desencadenar o complicar enfermedades y lesiones físicas.

La obesidad o sobrepeso no solamente es una cuestión de mal comer, es una enfermedad completa en la que el cuerpo entra en un estado patológico y eso viene con procesos psicológicos, metabólicos, endocrinológicos, genéticos y hasta ambientales. Si como médico no partes de un buen diagnóstico en el paciente y a todos les recetas el mismo plan alimenticio, no llegaremos a ningún lado”.

“Tenemos que saber por qué existe ese sobrepeso y de ahí establecer un plan y monitoreo personalizado”, explica Díaz, especializado también en complicaciones de obesidad.

Intolerancias imaginarias

El doctor Octavio Díaz señala que en los últimos años se han juzgado a muchos alimentos y por respuesta se ha incrementado, por ejemplo, estilos de alimentación libres de gluten o totalmente veganos. Aunque pueden parecer una buena opción para mejorar el estilo de vida, es importante saber si realmente se es intolerante a un producto o alimento, si es cuestión de situaciones más graves como alergias o nada más se trata de seguir una moda.

“Los estilos de vida han cambiado mucho, hay pacientes que cuando vivían en sus casas tenían tres comidas diarias y nutritivas y al vivir solos o casarse comen donde pueden y a la hora que pueden. Eso ha influenciado a que haya más alergias o intolerancias alimentarias”, anota Díaz.

“Hay pacientes muy obsesionados que quieren iniciar dietas veganas o sin lactosa. Más que intolerancias pueden ser tendencias. En 2006 a 2009, la intolerancia al gluten era del 0.5 a 1% de la población en México, a la fecha esa incidencia incrementó en uno de cada 100 pacientes que presentaban esto, pero al investigar nos dimos cuenta que al hacerles estudios no son intolerantes, es un asunto más psicológico (…); hemos visto pacientes que se han hecho veganos por moda y empiezan con anemias, problemas metabólicos y hasta cardiológicos”.

En el caso de las alergias alimenticias, existen síntomas o reacciones frecuentes que pueden alertar sobre peligros realmente al comer un alimento determinado: “Hacemos diagnósticos genéticos para ver si el paciente puede consumir todo tipo de proteínas o alimentos. La alergia es un proceso más agudo e influye una inmunoglobulina que al contacto con ese alimento alérgeno desencadena una reacción inflamatoria y los pacientes pueden caer en terapia intensiva”.

En el caso de la intolerancia puede manifestarse un cuadro similar: “Mucha gente tiene la creencia de que si un alimento ya le produjo gases o inflamación ya es intolerante a ese alimento, pero puede ser que la flora intestinal está alterada o hay un hongo intestinal. La intolerancia alimentaria es un proceso inflamatorio pero más crónico que se presenta después de tres horas o días posteriores al consumo del alimento, pero a largo plazo puede generar también problemas”.

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