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Morelia y su jardín de rosas

En el corazón de la capital michoacana encontrarás un oasis con las tres “C”: Cantera, cultura y comida

El recuerdo que tengo del Jardín de las Rosas es vibrante. Por mi mente revolotean miles de pequeños fragmentos coloridos, aparecen los luceros nocturnos en las fachadas de cantera en perfecta armonía con el bullicio de las cafeterías. Al fondo, el correr suave del agua en una fuente cercana, enmarcado por los gritos de los niños jugando entre las jardineras. Todo es movimiento y risas. Al cerrar los ojos puedo observar de manera tan clara lo anterior escrito… y lo hago porque es una memoria que más que en el cerebro, se encuentra anidada el corazón, como todas las referentes a Morelia que habitan en mi alma.

A la capital de Michoacán la conocí trabajando, cuando asistía hace algunos años ya, para cubrir para este diario el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM). Las largas jornadas de entrevistas con artistas, directores, productores y demás elementos del Séptimo Arte comenzaban temprano y terminaban muy, muy tarde. Los momentos de ocio se iban a la velocidad de un suspiro y regularmente la agenda diaria terminaba sin haber comido o cenado y con ganas de derrumbarse en la cama.

Hasta que conocí en Jardín de las Rosas. Enclavado en pleno Centro Histórico de la metrópoli purépecha (calle Santiago Tapia 319, entre las calles El Nigromante y Guillermo Prieto), es un punto de reunión y ocio para los habitantes de la ciudad y turistas por igual. Un verdadero oasis para aquellos que buscamos una pausa en el ajetreo laboral, pero también un lugar ideal para quienes persiguen una buena charla, desean una cita romántica o simplemente andan detrás de una buena comida.

El “Jardín de las Rosas” es como se conoce popularmente este encantador andador, pero su nombre oficial es Jardín Luis González Gutiérrez, en honor a quien fuera rector del Colegio San Nicolás de Hidalgo en Morelia. Sus árboles, flores y bancas de cantera son el refugio perfecto para el paseante casual, mientras deleita su vista con las fachadas del Conservatorio de las Rosas y el templo de Santa Rosa de Lima

Sí, es jardín y andador por su forma alargada en el eje oriente-poniente. En el centro tiene una linda fuente de cantería y dos esculturas en sus extremos, obra del artista Ignacio Asúnsolo. Una es de Miguel Cervantes de Saavedra y otra del primer obispo de Michoacán, Vasco de Quiroga.

Un espacio con vida

Por las mañanas, el jardín es un espacio apacible, con algunos vendedores de artesanías y artistas urbanos apareciendo de manera esporádica por la zona.

Más tarde y por la noche, los colores de este rincón michoacano comienzan a teñirse de bohemia y largas charlas. Aparecen quienes son atraídos por el aroma de la comida recién preparada o buscan agregarle algo de cafeína al día.

Entre los espacios que puedes encontrar aquí está el clásico La Casona de las Rosas (teléfono 443 317 8822), cuyo horario (de 08:00 a 02:00 horas) lo vuelve uno de los espacios más concurridos de la ciudad. Aquí encontrarás desayunos (prueba los chilaquiles de la casa), o excelente comida (la hamburguesa es suprema), además de interesantes promociones. La casona también funciona como galería de arte e incluso se ofrecen espectáculos de danza árabe los jueves y sábado.

Otro rincón para disfrutar, este un poco más dulzón, es La Guarecita de las Rosas (www.laguarecita.com.mx). También ofrecen opciones de desayunos inspirados en la gastronomía mexicana. Por la tarde en el menú se asoman algunos clásicos de la cocina local, como los huchepos y las enchiladas morelianas.

Disfruta más la estadía

• El primer cuadro cuenta con una enorme oferta de hoteles para todos los bolsillos. La mayoría son de corte colonial, pero también te toparás con los de tipo boutique, modernos, hostales y posadas. Recuerda que es buena idea verificar la disponibilidad de cuartos antes de lanzarte a la aventura.

• Pasea por el Mercado de dulces y artesanías (a una cuadra del Jardín de las Rosas). Disfruta de unas tradicionales corundas en la comida o de los trovadores que se pasean por el Centro de la ciudad en las noches. Claro, también están sus maravillosos edificios de cantera rosa para deleitar la pupila.

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