Las calandrias: tras la preservación histórica
El registro de las calandrias en el Inventario del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) asegura que queda asentada su inscripción, más no su permanencia, tal como lo indica la Secretaría de Cultura Jalisco
Hace unos días en el Periódico Oficial del Estado de Jalisco, se autorizó inscribir en el Inventario Estatal del Patrimonio Cultural de Jalisco como Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI), a “Las Calandrias, carruajes tirados por caballos para realizar paseos tradicionales por el Centro Histórico de Guadalajara y otros lugares históricos y turísticos de la Ciudad”.
Este hecho generó una controversia porque se manifestaba que esta acción obligaría a las autoridades correspondientes a ejercer políticas para su preservación y el Gobierno de Guadalajara había anunciado tomar medidas pertinentes porque una de las agendas prioritarias es la de garantizar la protección animal con políticas públicas para el bienestar general de la sociedad tapatía.
Sin embargo, la Secretaría de Cultura ya aclaró en un comunicado de prensa que esta inscripción de las calandrias tiradas por caballos en el Inventario del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI), significa únicamente el registro de un hecho o manifestación cultural que existe o existió en la Entidad y no determina ni garantiza su permanencia. No es un acto vinculante jurídicamente para ninguna administración ni determina el sentido de sus decisiones y por lo tanto no vulnera la autonomía municipal.
Como en todos los casos de manifestaciones culturales inmateriales, su preservación o desaparición es una decisión de sus portadores, de las autoridades y debe responder a la evolución de los reglamentos, leyes e idiosincrasia, finaliza dicho texto. Y para que no quede duda alguna, la secretaria de Cultura, Myriam Vachez, destacó en entrevista con este medio que hubo una reunión con el Gobierno de Guadalajara donde quedó aclarado el caso.
Héctor Padilla, director de Comunicación de Guadalajara, dijo que en efecto, el presidente municipal, Enrique Ibarra Pedroza, tuvo comunicación con la secretaria de Cultura y quedó aclarado el punto de que el asunto no es vinculante, no contraviene la transición de las calandrias tiradas por caballos a calandrias eléctricas y que por lo tanto la agenda de protección animal sigue.
“Las calandrias son patrimonio de Guadalajara las inscribamos o no, lo que quiero decir es que son una tradición cultural inmaterial desde hace muchísimos años. Entonces, a petición de unos particulares y regidoras, etcétera, se solicitó a la Comisión para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial que analizara la posibilidad de inscribirlo, o no, en el listado del patrimonio”, señala Vachez, y prosigue.
“Si tú revisas la ley de Patrimonio, te darás cuenta que la inscripción en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado de Jalisco o incluso en la declaratoria del Estado o yéndonos más lejos incluso en una declaratoria de Patrimonio Cultural de la Humanidad, pues no vincula jurídicamente a nadie, el Patrimonio Cultural Inmaterial perdura mientras los portadores quieren que perdure, los reglamentos y las leyes vigentes también permitan que perdure o mientras la idiosincrasia permita que perdure”.
“Merece ser recordada”
“Entonces, el registrar esto -claro, la Comisión lo analizó, y lo analizó sabiendo que había una ley en Guadalajara que en adelante prohibía los animales de tiro, etcétera, dijo, ‘bueno, evidentemente que Guadalajara puede por todos los motivos del mundo decidir que lo va a prohibir, sin embargo es una manifestación que existió, es una tradición cultural y por lo tanto merece ser recordada e inscrita en el listado del Patrimonio en el entendido de que esto no vincula a nadie, quien lo quiera entender como que vincula, pues no está viendo la ley, quien lo quiera entender de que esto es una obligación para que sigan existiendo, pues no, para bien o para mal, no lo es”, puntualizó Vachez.
La titular de Cultura del Estado señala que la controversia fue más bien entre los grupos defensores y el Ayuntamiento que publicó su ley para la protección de los animales. “Por supuesto, tu ley es válida, esto no vulnera en nada la autonomía municipal, ni va en contra de ningún reglamento, es la memoria histórica y no la podemos hacer a un lado y menos con una Comisión del Patrimonio Cultural Inmaterial que nos dice: ‘regístrese para que por lo menos exista la memoria de que estuvieron las calandrias’”.
La secretaria de Cultura subraya que desde el 2014 se ha estado trabajando en el registro de la memoria histórica que incluye un inventario tanto cultural inmaterial, como material, mueble e inmueble, centros históricos y patrimonio natural. “Este registro para algunos es como un reconocimiento del valor de una manifestación histórica o un edificio. Y en el tema de los edificios obviamente sí hay toda una consecuencia, pero en el tema del Patrimonio Cultural Inmaterial, dura mientras se quiera que dure”.
Sobre las calandrias en la ciudad
Uno de los puntos más visibles para los calandrieros es el Museo Regional de Guadalajara, ahí es uno de sus puntos iniciales para comenzar sus viajes turísticos donde llevan a los paseantes a conocer los puntos más importantes de la ciudad y son ellos los que van describiendo los sitios históricos que se visitan.
Esta casa editorial publicó en 2011 que esta tradición de conocer Guadalajara en calandrias podría haber iniciado a principios del siglo XX. Y que debido a la ocurrencia de un regidor de aquel tiempo -del cual se desconoce el nombre- se mandaron a pintar de amarillo con las llantas negras y que por la semejanza de colores nace su título, que alude al pájaro con ese mismo nombre: calandria.
En mayo del 2018 comenzaron a circular las primeras calandrias eléctricas. Este diario destacó que entre este año y el 2019 estarían circulando 55 carruajes eléctricos.