La Sinfonía, vista a la eternidad
Descubre uno de los puntos más bellos de Acapulco, donde podrás disfrutar de la naturaleza y de paso, de una de las vistas más espectaculares del pacífico mexicano
Paraíso. Dentro de la cascada de palabras que caen a borbotones en el corazón, “paraíso” es la que más se repite cuando se trata de definir la belleza natural de Acapulco. Pero incluso dentro del puerto, hay rincones cuya belleza alcanza grados de sublime divinidad, y uno de ellos es el anfiteatro de La Sinfonía del Mar.
Pasear por Acapulco, por sus calles serpenteantes, su malecón, sus negocios llenos de color y los centros nocturnos es parte de la ruta turística básica, pero vale la pena que también descubras este céntrico rincón de la ciudad, que poco a poco se va haciendo un hueco en las guías turísticas.
La “Sinfo”, como le dicen los acapulqueños, se encuentra a unos 10 minutos de distancia de “La Quebrada”, y es uno de los espacios públicos más queridos de la ciudad, especialmente luego de una restauración profunda que se le realizó en 2006, por lo que también se convirtió en uno de los puntos que todo viajero debe conocer.
Uno de los motivos para su popularidad es la fastuosa vista que otorga del puerto en este mirador. En el lugar a cielo abierto se encuentran las estatuas de una sirena y un delfín recibiendo a los visitantes, cómplices silentes de largas charlas. Pero también es un rincón para sanear la mente. Deja que tus ojos se pierdan en el horizonte del Océano Pacífico y la brisa marina acaricie tu rostro. ¡Ah, y los atardeceres! Eso merece un párrafo aparte.
El cielo rojo, el vaivén de las olas, la eternidad del viento. Los atardeceres en Acapulco son mágicos, pero nada se compara a disfrutarlos desde La Sinfonía. La imagen del mar y el cielo fundidos en un beso solar por las tardes se anida en tu corazón y ten por seguro que se quedará en tu mente para siempre.
Algunos datos básicos
En La Sinfonía no hay venta de comida, por lo que si quieres disfrutar de algún alimento es mejor que lleves los tuyos. La entrada es gratis, aunque eso sí, se cobra por el uso de los baños.
Si buscas algo más que disfrutar de la vista, a unos minutos hacia abajo se encuentra la playa Langosta, perfecta para nadar, hacer snorkel o simplemente descansar y tomar un buen bronceado. Ojo, que los lugareños la conocen también como “La Angosta”. Aquí si hay venta de comida, y como lo puedes imaginar, el platillo predominante son los mariscos.
En una época donde muchos turistas buscan razones para enamorarse nuevamente de Acapulco, vale la pena conocer este bello mirador, donde queda plasmada la belleza que puede alcanzar la mano del hombre cuando aprovecha la belleza natural. Sin duda se convertirá en uno de tus puntos favoritos en el puerto y en un pretexto perfecto para que creas que en efecto, en nuestro país, todavía quedan pedacitos que merecen ser llamados “Paraíso”.
DR