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Guadalajara en un llano

• EL AMOR EN CUALQUIERA DE SUS FORMAS.

Enamorados Sofía y Carlos.
Ana Rosa de la Mora, gran señora.
Carmelita y Toño Antonio, siempre unidos.
Memo y Marce, querida pareja.
Los estimados Guillermo (Siqui) e Isa.

“El amor verdadero ilumina el alma, es la fuerza perfecta y la esperanza para el mañana”

Febrero 14 nuestra ciudad festeja su fundación; fue en el año 1542 cuando Guadalajara fue nombrada Capital del Reino de Nueva Galicia y se le otorgó el título de ciudad. 

También mañana, los tapatíos como en buena parte del mundo, reconocemos el día dedicado al amor.

Sobre el origen de esta celebración existen diversas versiones, siendo la más común la que se atribuye a un cura cristiano de nombre Valentín, que desafiando la orden imperial que prohibía el matrimonio de los soldados, casaba en secreto a las parejas de enamorados en Roma, lo que enfureció al Emperador Claudio II por su creencia de que los solteros eran mejores soldados. Valentín fue encarcelado y martirizado hasta su muerte.

Dos siglos después, el Papa Gelasio I decretó el 14 de febrero como el Día de San Valentín y la convirtió en una fiesta cristiana, anulando así la fiesta pagana de las Lupercales. 

La tradición de regalar tarjetas empezó en 1840, se debe a Esther A. Howland, artista y empresaria angloamericana que tomando como modelo tarjetas europeas de precios poco asequibles, elaboró y popularizó las primeras tarjetas económicas “Valentines” en forma de corazón o de cupido. 

Con el tiempo el festejo se comercializó, ha proliferado la costumbre de enviar flores, cartas o detalles que reverdecen los sentimientos… y como dijo hace 800 años el poeta afgano Rumi “Todo lo que necesitamos es la alegría confusa del amor”.

El amor es un sentimiento de no fácil descripción, de vivo afecto e inclinación hacia una persona a la que se le desea todo lo mejor; es un sentimiento que está presente día con día en las actividades, en la música, en la literatura, en el perdón, en las segundas oportunidades y en los nuevos comienzos, porque lo único que cambia al mundo, de un lugar solitario a uno hermoso es el amor, el amor en cualquiera de sus formas.

El Siglo XXI es el parteaguas para una generación con vida diferente y un nuevo estilo que parece lacerar al mundo con dolores que anteceden al parto de esta nueva era de cambios e incertidumbres, para que este nacimiento de poco aprecio por la vida sea menos doloroso, es necesario retomar la sensibilidad y la ternura con el nuevo mandamiento del amor… en cualquiera de sus formas.

Las fotos que engalanan esta columna pertenecen a personas en diversos tiempos, comprometidas por conservar costumbres y tradiciones.

 

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