Gastronomía oaxaqueña, bendición prehispánica
La belleza arquitectónica, cultural y natural de oaxaca encuentra su complemento perfecto en la cocina, donde puedes explorar el sabor de sus moles y bebidas
"Mi querida Soledad me va a guisar un molito, por el cielo de Monte Albán de noche sueño contigo”… reza la canción de Lila Downs -“La cumbia del mole”-. Y la intérprete no se equivoca al describir en sus estrofas la deliciosa gastronomía del Estado de Oaxaca, una de las regiones que guardan y preservan como un tesoro las recetas prehispánicas.
Este Estado del Sur de México, es vasto en sus bellezas naturales, arqueológicas y por supuesto que en su gastronomía, el mole, es uno de los platillos típicos, un manjar a base de chocolate, chiles, semillas, pan, plátano y una sazón exquisita de sus mujeres y hombres que embelesan con sus sabores a nuestros paladares. Oaxaca es popular por sus siete moles: rojo, negro, colorado, amarillo, verde, chichilo y manchamantel.
El otro producto estrella es un elixir de dioses, el mezcal, una bebida típica de la Entidad que se ha popularizado tanto en los últimos años, volviéndose muy codiciado en el mercado internacional. El mezcal es un destilado de agave y su sabor va muy bien con todos los platillos si se trata de hacer maridaje, pero derecho con unas rodajas de naranja es ideal para celebrar con los amigos o simplemente para beberlo en casa después de un día ajetreado de trabajo.
Los exóticos chapulines también son un platillo por demás indispensable en la gastronomía oaxaqueña, un taco de tortilla recién hecha con estos insectos y guacamole, más un molcajete con chile martajado, es una experiencia por demás audaz y deliciosa. Los tamales envueltos en hoja de plátano tienen un sabor muy peculiar, distinto a los que se hacen con hoja de maíz, regularmente los de hoja de plátano son más húmedos, menos pastosos, y sí, más ricos, sin duda.
Las tlayudas, el tasajo, el quesillo y los chiles rellenos, también son parte de los antojitos oaxaqueños que nos hacen salivar, acompañados por un agua fresca o una cerveza helada, pertenecen a los platillos caseros de las familias, que siempre son cálidas y conocedoras de lo que es el buen comer.
El chocolate también es una bebida ancestral, a base de agua y acompañado con pan de yema, va de lo mejor. El tejate, por ejemplo es una bebida que se compone de maíz y cacao que es tradicional de la Entidad, se dice que se usaba con fines ceremoniales en tiempos prehispánicos, pero también hay que hablar del café, no solo el de Veracruz es excepcional, el de Oaxaca también se defiende y bien.
Oaxaca capital es una ciudad que se distingue por sus colores y sus texturas, también sus sabores y aromas, así que acudir a sus mercados, es encontrarte en un paraíso que empodera al México antiguo, pero que también hace un puente cultural con el contemporáneo. Así que comer en sus mercados mientras tu vista se deleita con las texturas de los chiles, las frutas, las verduras y las hierbas, es una experiencia que no debes perderte por nada del mundo.
Los postres y dulces típicos son renglón aparte. Los buñuelos, el nicuatole que es a base de maíz molido y azúcar, cuya textura es gelatinosa; las nieves de sabores como el de tuna, las cocadas y los nenguanitos, entre otros, son también muy característicos de Oaxaca.
Dice el dicho: “Al lugar donde fueres, haz lo que vieres”, así que cuando vayas a Oaxaca dale gusto al estómago y tu paladar con su gastronomía espectacular.
Receta para hacer el tejate
“La bebida de los dioses”, como también se le conoce, se prepara a partir del maíz y el cacao. En la página cocina-casera.com/mx/tejate-receta-mexicana-tradicional/ explica que para realizarlo se necesita lo siguiente:
- Maíz/1 kilo.
- Ceniza /1 kilo.
- Cacao blanco/ 70 gramos.
- Coroso/50 gramos.
- Huesos de mamey / 3 piezas.
- Florecita de cacao / 1/4 taza.
- Azúcar/al gusto.
Preparación:
Se remoja en suficiente agua la ceniza con el maíz una noche antes. Luego se muele hasta que quede hecho polvo, el cacao se tiene que tostar con los huesos de mamey, la florecita de cacao y el coroso, para después volver a moler todo. En una cazuela de barro se baten los polvos con agua fría poco a poco hasta que se haga espuma, la más que se pueda y se endulza al gusto.
Lánzate a oaxaca
Para llegar a Oaxaca capital desde Guadalajara, se puede elegir entre vuelos directos o con escala en la Ciudad de México. Sin embargo, mayoría de las opciones para viajar desde la Perla Tapatía son con escala, por lo que debes tener algo de paciencia para encontrar una opción con menos horas en la conexión, aunque en festividades como la Guelaguetza, a mediados de cada año, las ofertas se multiplican en las aerolíneas.