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Fotorreportaje: Regreso a Picachos

A pie de la cuesta o a mil 600 metros sobre el nivel del mar, la travesía para llegar al cerro de Picachos está salpicada de vistas memorables

ESCALADA. Los retos no fueron sencillos. EL INFORMADOR / M. Vargas
PREPARATIVOS. La seguridad en la escalada fue parte importante de la travesía. EL INFORMADOR / M. Vargas
CAMINO. La travesía se realizó entre matorrales y acompañados por animales. EL INFORMADOR / M. Vargas
TIEMPO. Se encontraron tumbas, sin duda recordatorio de lo efímero del hombre. EL INFORMADOR / M. Vargas
CIMA. Un océano de nubes surca el peñón. EL INFORMADOR / M. Vargas
RECOMPENSA. La satisfacción de alcanzar el objetivo. EL INFORMADOR / M. Vargas
IMPRETÉRRITO. 30 años después, el cerro sigue imponente. EL INFORMADOR / M. Vargas
PEÑA. El objetivo principal fue llegar a la cima; sin embargo, la escalada también buscaba repetir la experiencia tres décadas después. El grupo de amigos consiguió ambos objetivos. EL INFORMADOR / M. Vargas

En 1987, un grupo de amigos visitó la peña ubicada en Nayarit por primera vez. La cadena montañosa, que remata en la parte alta con macizos rocosos,  impone a cualquiera que la observa desde pie de carretera, a más de 60 kilómetros de  distancia, cuando se atisba de Tepic, o desde la base del propio macizo. En 25.775 y longitud -104.787, y a casi mil 600 metros sobre el nivel del mar, desde aquí, si el clima es propicio y la suerte acompaña, se puede observar parte del Océano Pacífico y el mismísimo San Blas, además de la impresionante presa Aguamilpa. 

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