Fortalece tu dieta con más hierro
Evita erradicar el consumo de este complemento alimenticio cuando comiences tu dieta
Lograr una alimentación sana no solo se remite a consumir ingredientes naturales, conseguir y mantener un equilibrio en sus nutrientes es otro reto del que no siempre somos conscientes al pensar que basta con llenar nuestro refrigerador de frutas y verduras.
Aunque la alimentación diaria sea constante con los vegetales y procuremos porciones adecuadas a nuestra estatura y peso, es importante tener un conocimiento claro sobre las condiciones reales de nuestro organismo, saber, por ejemplo, si estamos teniendo un consumo mayúsculo o excesivo de determinados ingredientes, si hemos disminuido otros y cuáles son las razones de estas decisiones y los efectos positivos y negativos que refleja el cuerpo.
Uno de los elementos que suele alterarse en la alimentación diaria es el hierro, ya que la mayoría de los alimentos que lo contienen son de los primeros en ser “sacrificados” cuando iniciamos dietas por iniciativa propia y no tenemos una asesoría especializada por médicos y nutriólogos que determinen si realmente es favorable erradicar estos elementos caracterizados por tener distintos tipos de vitaminas, minerales y grasas, por ejemplo.
El hierro suele generar confusión cuando se trata de establecer una dieta equilibrada, ya que este elemento se manifiesta principalmente en carnes rojas y magras, semillas y mariscos, que pese a ser naturales no son vistas con buenos ojos por otro tipo de dietas que inmediatamente quitan a estos ingredientes al representar riesgos o factores para generar o condicionar enfermedades, malestares y dificultades para bajar de peso.
Sin embargo, los alimentos populares que contienen hierro son fabulosos para evitar desnutrición, por lo que hay que procurar siempre integrarlos de alguna u otra forma a la dieta diaria aunque sea en porciones mínimas, siempre y cuando tu especialista de cabecera te asigne porciones, temporadas, ingredientes secos o húmedos, y te asegure que estos no generan efectos adversos.
¿Para qué sirve?
Fortalecer al sistema inmune es uno de los principales beneficios del consumo de hierro, además, este mineral cumple otras funciones esenciales al facilitar la distribución del oxígeno y la producción de glóbulos rojos.
La carencia o bajo consumo de hierro suele manifestarse en constantes dolores de cabeza, fatiga sin motivo aparente, alteraciones en el ciclo menstrual/hormonal, debilidad muscular y resequedad en la piel, por ejemplo, siendo la desnutrición severa y/o anemia los padecimientos más extremos.
De acuerdo con el National Institutes of Health (NIH), la ingesta diaria de hierro —en mg (miligramos)— depende de la condición de cada persona según su edad, sexo y si consume ingredientes vegetales (hierro no ‘hemo’), de origen animal (hierro ‘hemo’) o alimentos fortificados con hierro de manera externa/industrial.
Alimentos con mucho hierro
*Carnes rojas
No solo la carne de res es buena en su consumo moderado, las terneras, cerdo y corderos son perfectos para dar un giro a tu dieta más magra, además de ser carnes más ligeras en su consumo y adaptables a otros platillos como los estofados, caldos y ensaladas frutales.
*Aves
Sin lugar a dudas el pollo y el pavo son reyes en las proteínas animales, y sus nutrientes en hierro son perfectos para equilibrar el peso del cuerpo, definir músculo y brindar vitalidad.
*Pescados y mariscos
Tanto las almejas, ostiones, mejillones y bacalao son fuente de hierro y sus platillos suelen ser muy ligeros para el estómago. Es importante que antes de consumirlos seas asesorado por cocineros que indiquen cómo limpiarlos y el punto más ideal para su consumo en crudo, en tanto que consultarlo con un médico te ayudará a saber si eres alérgico.
*Huevos
Existen muchos mitos alrededor del huevo y aunque por años se ha relacionado con los altos niveles de colesterol, poco a poco se desecha esta creencia, en especial cuando conocemos los beneficios y nutrientes que naturalmente tiene, no solo como una de las proteínas más ideales para equilibrar el peso —más allá de las carnes— sino que también está comprobado que sus niveles de hierro ayudan a mejorar la circulación sanguínea, evitar la fatiga y alteraciones del sueño.
*Legumbres
Si no eres muy gustoso de los frijoles en caldo, trata de incluir otro tipo de legumbres similares a tu dieta, como las lentejas que, además de ser buenas para equilibrar tu digestión por su alto contenido en fibra, también fungen como un excelente complemento de proteína, al igual que los garbanzos y habas.
JL