No tengan miedo
Jesucristo llama a sus apóstoles a predicar sin temer la represión y el castigo que el mundo pueda imponer por ello
LA PALABRA DE DIOS
PRIMERA LECTURA
Jr 20, 10-13.
«En aquel tiempo, dijo Jeremías:
"Yo oía el cuchicheo de la gente que decía:
'Denunciemos a Jeremías,
denunciemos al profeta del terror'.
Todos los que eran mis amigos espiaban mis pasos,
esperaban que tropezara y me cayera, diciendo:
'Si se tropieza y se cae, lo venceremos
y podremos vengarnos de él'.
Pero el Señor, guerrero poderoso, está a mi lado;
por eso mis perseguidores caerán por tierra
y no podrán conmigo;
quedarán avergonzados de su fracaso
y su ignominia será eterna e inolvidable.
Señor de los ejércitos, que pones a prueba al justo
y conoces lo más profundo de los corazones,
haz que yo vea tu venganza contra ellos,
porque a ti he encomendado mi causa.
Canten y alaben al Señor,
porque él ha salvado la vida de su pobre
de la mano de los malvados"».
SEGUNDA LECTURA
Rm 5, 12-15.
«Hermanos: Por un solo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado entró la muerte, así la muerte paso a todos los hombres, porque todos pecaron.
Antes de la ley de Moisés ya existía el pecado en el mundo y, si bien es cierto que el pecado no se castiga cuando no hay ley, sin embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés aun sobre aquéllos que no pecaron como pecó Adán, cuando desobedeció un mandato directo de Dios. Por lo demás, Adán era figura de Cristo, el que había de venir.
Ahora bien, el don de Dios supera con mucho al delito. Pues si por el pecado de uno solo hombre todos fueron castigados con la muerte, por el don de un solo hombre, Jesucristo, se ha desbordado sobre todos la abundancia de la vida y la gracia de Dios».
EVANGELIO
Mt 10, 26-33.
«En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: "No teman a los hombres. No hay nada oculto que no llegue a descubrirse; no hay nada secreto que no llegue a saberse. Lo que les digo de noche, repítanlo en pleno día, y lo que les digo al oído, pregónenlo desde las azoteas.
No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman, más bien, a quien puede arrojar al lugar de castigo el alma y el cuerpo.
¿No es verdad que se venden dos pajarillos por una moneda? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae por tierra si no lo permite el Padre. En cuanto a ustedes, hasta los cabellos de su cabeza están contados. Por lo tanto, no tengan miedo, porque ustedes valen mucho más que todos los pájaros del mundo.
A quien me reconozca delante de los hombres, yo también lo reconoceré ante mi Padre, que está en los cielos; pero al que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre, que está en los cielos"».
No tengan miedo
La palabra de Dios nos invita a no tener miedo, situación que nos debe poner a reflexionar en que somos importantes para Dios y nos llama a no paralizarnos por el miedo. Jesús encuentra a sus discípulos después de la resurrección, encerrados por miedo a los judíos, estando en esta realidad, les es imposible salir a la predicación, no pueden salir a ninguna parte, estaban frenados, será hasta que Jesús se haga presente cuando ellos se llenen de gozo y salgan a llevar la buena noticia al mundo entero.
Sin tener esta experiencia de la resurrección, no se puede vencer el miedo. El Papa Francisco nos invita a ser una iglesia en salida y esto implica salir sin miedo a dar testimonio de lo que creemos con nuestras obras, dejando de lado nuestra flojera, nuestra situación de comunidad; y sólo un encuentro con el resucitado nos hará perder todos los miedos.
No debemos dejarnos esclavizar por el miedo, Jesús mismo nos dice que ha venido a liberar a cuantos por miedo a la muerte pasan la vida como esclavos (Heb. 2,15). Cristo no sólo vino a librarnos de la muerte, sino del miedo a morir, ya que el miedo a morir nos hace vivir como esclavos.
El evangelio de hoy nos anima a poner toda la confianza en un padre maravilloso que no permite que caiga un pájaro al suelo sin su permiso y tiene contados hasta los cabellos de la cabeza. Dios no quiere esclavos que le sirvan por miedo, sino hijos que le sirvan por amor. Dios quiere ser amado y no temido, quiere que vivamos con la libertad de los hijos de Dios.
El miedo no nos deja disfrutar de la vida. Dios ha creado para nosotros un mundo maravilloso y quiere que disfrutemos de toda la creación, que disfrutemos de Dios. Quiere que quitemos de nosotros esas imágenes de Dios que nos asustan y nos distancian. Que disfrutemos de un Dios que es padre que nos ama con locura, que disfrutemos de Jesús, que es nuestro amigo y hermano, que ha ido a la cruz para expresarnos lo que nos quiere.
Tengamos la confianza de que Jesús nos quita nuestros miedos al ponernos en las manos del Padre. Es cierto que es muy humano sentir miedo y desconcierto cuando hombres violentos quieren matar nuestro cuerpo, sin embargo, si el Padre cuida a los pájaros y cuenta nuestros cabellos, no cabe duda que también nos protegerá como sus hijos predilectos que somos.
Teatro y acontecer humano
Vida y teatro son expresiones inseparables que la humanidad asoció desde tiempos primigenios. Precedido por la danza y la música, el teatro aparece al inicio de la Historia para representar lo significativo de la vida y la trascendencia. En la historia humana, el teatro ha sido un instrumento pedagógico muy vasto, donde sobresalen algunos arquetipos que han dado forma a diversos géneros teatrales.
En Grecia, siglo V a.C., Tespis fue considerado como el primer actor de la historia y uno de los padres del teatro griego. En una carreta, iba de poblado en poblado ofreciendo sus representaciones. Durante el siglo siguiente, los máximos representantes de la tragedia, Esquilo, Sófocles y Eurípides, se inspiraron en mitos y sagas para mostrar situaciones límite en la vida de reyes y nobles. La comedia, con Aristófanes en el mundo griego y, posteriormente, con los latinos Plauto y Toribio, gozaba de gran aceptación en el ambiente popular porque representaba satíricamente la vida de personajes identificables, lo mismo que divinidades, utilizando un lenguaje mordaz.
Durante la Edad Media se representaban los dramas litúrgicos frente al altar, debajo del coro o en los atrios de las iglesias. En Inglaterra, los dramas truculentos tomaron los escenarios de donde surgiría William Shakespeare. Mientras en España apareció otro de los grandes dramaturgos: Miguel de Cervantes Saavedra, con sus comedias y entremeses. Y en 1789 la revolución impulsó el teatro en Francia, de donde surgieron dramaturgos como Molière.
En otro mundo regido por patrones culturales distintos, los pueblos mesoamericanos ejecutaban sus rituales en las pirámides, espacios escénicos descomunales donde los designados para encabezar el culto, ataviados con máscaras y vistosas vestimentas, daban cauce a sus dotes histriónicos para resignificar su vida y costumbres en cada representación. Así, desde la comedia y la tragedia, los rituales mesoamericanos, autos sacramentales, dramas truculentos, comedias y entremeses, el teatro ha sido maestro y compañero fiel en la historia de la humanidad. Actualmente, todos estos episodios teatrales han sido elevados a la categoría de clásicos y han dado forma a un sinfín de modalidades que todavía son dignas de llamarse Teatro.
Martín Torres Sauchett, SJ-ITESO