Los barrios de Mexicaltzingo, Santa Tere, Analco, y Las Nueve Esquinas fueron salpicados con arte
Por:
Fabricio Atilano
Even Gonzaga fue el responsable de pintar una fachada en Analco; el cruce es muy transitado por estudiantes. EL INFORMADOR/F. Atilano
Maricarmen Lancaster dejó en Mexicaltzingo la pieza “Flores que no se marchitan”, inspirado en las mujeres tapatías. EL INFORMADOR/F. Atilano
El Forever Youngle Crew intervino el antiguo Cine Tonallan, en el barrio de Las Nueve Esquinas. Su obra se titula “Conjuro". EL INFORMADOR/F. Atilano
Alegría del Prado estuvo en el tradicional barrio de Santa Tere; el colectivo volvió a su mundo onírico. EL INFORMADOR/F. Atilano
Las calles de Analco están ahora inundadas de color. EL INFORMADOR/F. Atilano
En una ciudad que apostó por la periferia, el colectivo Cabezas Cuadradas, liderado por Yamir Ali Yedet, volvió la mirada hacia el Centro y decidió regresarle el color a los habitantes que lo respiran con el proyecto “Llueve colores de barrio”. Porque Guadalajara primero se arraigó en sus barrios, floreció al amparo de sus calles y descubrió que el salitre, por persistente que sea, no resiste a la memoria. Bajo esa premisa es que en los barrios de Mexicaltzingo, Santa Tere, Analco y Las Nueve Esquinas fueron intervenidos por Maricarmen Lancaster; el colectivo Alegría del Prado, formado por Esther González y Octavio Macías; Even Gonzaga y el Forever Youngle Crew. Murales que retratan una metrópoli posible y a su alma provinciana regresa al color de las rosas y a la explosión de sus árboles en primavera.