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Candela, revolucionaria y virreinal

Este Pueblo Mágico de Coahuila cuenta con rincones de belleza tan asombrosa como eterna

Paisajes espléndidos, belleza arquitectónica y mucha historia por contar. En el mapa, siempre al Norte. En el corazón, siempre al Centro. Candela, en Coahuila, presume su etiqueta de Pueblo Mágico, pero aunque no la tuviera, hay algo en sus calles y edificios que se siente único. Por la calidez de su gente, la importancia que ha ganado con el tiempo y los sabores que pone sobre la mesa, llegar aquí te hará sentir como si estuvieras en casa.

El pueblo y municipio de Candela (fundado en 1690 y refundado en 1774), forma parte integral de la vida cultural y económica del Norte de nuestro país. De infinitos cielos azules e inmensos horizontes dorados, aquí comenzaba antaño la conocida como la “Ruta del desierto”, desde la cual partían caravanas de mercancías con dirección a las ciudades de Monclova, Frontera, Nadadores, San Buenaventura y Cuatro Ciénegas. La vida era dura, pero más de un atrevido jinete se la jugaba ante las grandes ganancias que podía obtener. ¡Seguro son incontables las historias se deben ocultar en sus cañadas y senderos!

Sí leíste el párrafo anterior, te habrá llamado la atención que el pueblo se haya “refundado”. Esto se debe a que sus primeros pobladores no pudieron con lo agreste del clima desértico y los ataques de indios no sometidos a las autoridades del virreinato. Este nuevo nacimiento asentamiento se planeó mejor y con mejor infraestructura, misma que hoy encanta a los turistas. Uno de sus atractivos más destacados y mejor ejemplo de la arquitectura virreinal lo podemos apreciar en el Palacio Municipal, así como la plaza principal.

Entrado el siglo XX, Candela se volvió un punto estratégico durante las primeras fases de la Revolución Mexicana. En aquel entonces, Venustiano Carranza utilizó esta población como su base para atrincherarse ante los ataques del ejército federal, además de ser un punto intermedio en la ruta a Laredo.

Naturalmente bello

Bello durante todo el año, el mejor momento para visitar Candela es en otoño y primavera, cuando el clima es benigno, los días más largos (con un calor más tolerable) y las noches son más suaves.

Comencemos a explorar los alrededores de Candela, que son un auténtico vergel e indudablemente un paraíso para todos aquellos que buscan disfrutar de un instante de descanso rodeados por la naturaleza, fauna endémica y ¡agua! Y es que aquí se encuentra balneario (Ojo Caliente) e incluso una presa: Las Higueras, donde puedes contemplar sus aguas cristalinas, perfectas para disfrutar de un momento de frescura.

Para los amantes del ecoturismo, puedes visitar el arroyo El Chapote, donde se desarrollan actividades tan diversas como senderismo, canotaje en kayak y el cerro el Carrizal. Aquí se encuentran unas cavernas que son el hogar de miles de murciélagos.

La llegada

La mejor opción para llegar a Candela es tomar un vuelo a Torreón, y desde allí continuar en autobús por la línea de autobuses Rojos de la Laguna. El Pueblo Mágico se encuentra a 96 kilómetros de Monclova, por la estatal 30 o a 154 kilómetros tomando la carretera federal 1.

¿A qué sabe?

Viajar al Norte de nuestro país es comer bien. La gran estrella de la gastronomía son los cortes y las carnes, y en Candela esto queda plasmado con el platillo estrella del Pueblo Mágico: La fritada de cabrito.

Se prepara con un cabrito de 25 días que no comió hierba, solamente leche, lo que le da un sabor particular y delicioso.

Otras delicias que promueve la localidad son el cortadillo, la rata silvestre en masita, el chicharrón de víbora, el caldo de tortuga machacado y los quesos de cabra, que son una maravilla de aquellas.

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